Creció en el municipio de Magdalena Aldama, Chiapas, México. Con 30 años, Alberto López Gómez demuestra que ser indígena y hombre tejedor no es malo.
En la pequeña localidad tzotzil, en las montañas de Chiapas, un joven tenía un sueño y era emprender sus propios tejidos. “Ser hombre y tejer es mal visto, pero yo quería hacerlo”, indicó.
Confiado en su sueño y talento, López Gómez le comentó a su madre lo que quería hacer y a pesar de recibir apoyo, los prejuicios aún estaban. “Yo le dije a mi madre que quería tejer. Ella me mencionó que los hombres se dedicaban al campo, pero a pesar de todo mi madre me apoyó y así aprendí el oficio”, agregó.
Camino a su sueño
Una de sus decisiones más difíciles fue dejar su natal ciudad e irse a San Cristóbal de Las Casas. “Es difícil, en mi tierra estábamos acostumbrados a comer lo que cosechamos. Aquí debes comprar tu comida y como todo inicio, es muy difícil˝, resaltó López Gómez.
A pesar de todos los obstáculos ha logrado demostrar que ser tejedor también es un talento. “Con mi marca K’uxul Pok, quiero que la vida de mis amigas tejedoras mejore y así salgan adelante con sus familias”, explicó el emprendedor.
Un joven que no deja atrás a quienes lo han apoyado. “Otra de mis metas es apoyar a mis compañeras, que necesitan medicamentos y educación; la idea es aprovechar para poder sumar”, manifestó.
Quiero hacer un libro, que cuente los obstáculos que experimenté al decidir que quería dedicarme al tejido.
El machismo ha estado presente en su vida y es algo que quiere erradicar con su arte. “Quiero hacer pláticas con jóvenes, porque nos ha ganado el machismo; quiero decirles que todo lo que quieran hacer pueden lograrlo”, comentó López Gómez.
Nueva York, un sueño hecho realidad
Inspirado en el maíz, los puntos cardinales y la naturaleza, el emprendedor busca difundir las técnicas ancestrales del tejido, recordando el oficio que aprendió de su madre.
Hoy, gracias a un video realizado por la Red Alemana para los Derechos Humanos en México (Deutsche Menschenrechtskoordination Mexiko), hizo que su historia se viralizara y a raíz de esto vinieron las invitaciones a la Universidad de Harvard y al New York Fashion Week.
Alberto López Gómez, un indígena tzotzil que junto con 150 mujeres construyó una red de tejedores, expondrá su trabajo en el New York Fashion Week.
“Ahorita diseño cada una de las piezas que próximamente expondré en la Universidad de Harvard”, explicó López Gómez.
Con esto, el emprendedor demuestra que ser tejedor no es malo y que las sociedades necesitan más tolerancia hacia el trabajo de los demás.
Actualmente, la inclusión de los tejidos es un gran avance dentro de la industria de la moda; diseñadoras de talla mundial, como Isabel Marant y Carolina Herrera, han sido acusadas de plagiar y de apropiación cultural de diseños indígenas mexicanos.