En Nicaragua encuentran como principal causa de las más de 350 muertes al presidente Daniel Ortega. Sin embargo, existe una persona que detrás de la figura mediática de él, ha conseguido poder y mandato.
Rosario Murillo, esposa del presidente Ortega, es la pareja permanente en cada conferencia de medios, aparición o evento donde Daniel esté invitado. Sin embargo, su acompañamiento trascendió incluso en lo político. Entre la población corre el rumor que ella maneja el país, otros opinan que su posición radica en la misma que Daniel, pero que mientras estén arriba, el conflicto continuará.
Aunque su presencia siempre sea detrás del presidente Ortega, Murillo ha llevado una vida llena de polémica y búsqueda de poder.
¿Quién es Rosario Murillo?
Parecía que el destino la había puesto en el camino de Ortega. Murillo era sobrina nieta de Augusto Sandino, el héroe nacional de Nicaragua e inspirador del movimiento revolucionario sandinista. Desde su niñez vivía con fervor el sandinismo como una fiel seguidora, situación que en la actualidad no ha cambiado.
Su vida tuvo pinceladas fuera de la política, ya que tenía un gran talento para la escritura. Se perfiló incluso como una poeta y llegó a ser una de las principales representantes femeninas de Nicaragua para la literatura. Pero, su lado político se involucró con su pasión por las letras, por lo que usaba sus poemas para denunciar a la dictadura. Al final, Murillo se convertiría en guerrillera.
El amor de La Chayo por Ortega comenzó tras su autoexilio en el gobierno de Somoza en Nicaragua y que la obligó a mudarse a Costa Rica. Durante la Guerra Civil de dos años, conoció a su ahora esposo. Él usó el gran talento que Rosario mostraba con los idiomas, de los cuales maneja casi a la perfección el inglés, francés e italiano además del español. Esto resultó perfecto para Ortega para una gira internacional y que su partido obtuviera fuerza desde el exterior.
El momento más difícil
Muchos creen que Murillo permanece con Ortega simplemente por la gran posibilidad de quedarse con el poder de Nicaragua en algún momento. Incluso utilizaba su matrimonio para poner la cultura en un pilar más importante dentro de los gobiernos de su esposo y terminó siendo nombrada directora del Instituto de Cultura de 1988. No logró llegar a más ya que el mandatario no fue reelegido al finalizar su período presidencial y se terminó su ambición de llegar a la Asamblea Nacional.
Su adiós político le obligó a crear una familia y engendró siete hijos con Ortega, además de otros dos de Murillo de un matrimonio anterior. Modelos, comunicadores y sociólogos salieron de aquellos vástagos. Sin embargo, una de sus hijas provocó el momento más polémico y oscuro que tuvieron los Ortega Murillo. La primogénita, Zoilamérica Narváez Murillo, denunció varios abusos sexuales por parte de su padre desde los 11 años.
Rosario sabía que eso no sería suficiente para limpiar el nombre de su esposo. Impensable y hasta inexplicablemente, Murillo decidió defender a Ortega y echó a un lado a su hija. Desde ese entonces, Zoilamérica ha sido una figura importante contra la mandataria pareja. “Definitivamente que esta candidatura en dúo, la define un camino que inicia con la complicidad ante crímenes sexuales y que en su propia evolución perversa se convirtió en una alianza política”, escribió Zoilamérica desde Costa Rica por medio de su cuenta personal de Facebook.
Adiós al “Chayo palo”
Desde que Ortega decidió hacer reformas en la Seguridad Social, el pasado 16 de abril, la gente no ha parado de salir a las calles para pedir la salida de la pareja. “Uno de los símbolos de la opresión de los Ortega-Murillo son los “Chayo Palos”, afirma Dereck Velásquez, quien ha protestado desde las fallidas reformas. Oficialmente, llamados Árboles de la vida, son estructuras metálicas de 15 a 20 metros de altura y multicolores que cubren la ciudad de Managua. Las mismas están asociadas al Frente Sandinista de Liberación Nacional. Por orden de Murillo, los árboles fueron colocados como un símbolo de tinte político y pseudoesotérico.
Sin embargo, uno a uno han caído los árboles a manos de manifestantes que quieren que los siguientes en caer sea el dúo de Ortega-Murillo. Odiada por una población, pero con una trayectoria en la que lo ha sacrificado todo por el Frente Sandinista. Así es Rosario Murillo.