¿Qué te puede hacer un niño con autismo? ¿Será la ignorancia o la falta de conocimiento que te lleva a la discriminación?
El 16 de abril, Lucy de Molina, quién impulsó la Ley del Autismo en Guatemala, recibió una carta de parte del condominio la Fontana, ubicado en la zona 4 de Mixco, donde actualmente vive, solicitando que retire las actividades que realiza con niños que tienen autismo.
Según el comité del lugar, afirman que en el reglamento no es permitido cualquier actividad de uso comercial dentro del mismo. Aunque, en el condominio se encuentran operando oficinas administrativas y una tienda. Sin embargo, Lucy realiza un servicio terapéutico profesional humanitario y no lucrativo, el cual ayudará a estos niños a incorporarse a la sociedad más adelante.
Lucy adecuó su casa para su hija Constanza, quien tiene autismo, pero luego de ver las necesidades de otras personas, decidió compartir lo que tenía en su hogar a diez niños para apoyarlos con sus terapias, debido a que no todos tienen los recursos para hacerlo.
Una de las quejas que expone el comité, aseguran que los niños están usando de manera “inadecuada los juegos”, quienes en su mayoría no pueden jugar solos sin la ayuda y supervisión de un adulto.
“Siempre los saco a las 9:30 a.m. y agarraditos de las manos todos nos dirigimos al área de juego, para estar entre 20 minutos a media hora. Pero ahora ponen a funcionar los aspersores de agua para que no podamos usarlos”, dijo Lucy.
Los juegos se encuentran mojados, con la madera levantada y un lazo que amarra una parte de la estructura. Algunos condominos acusan a los niños con autismo que recibe Lucy, de ser los culpables del deterioro de los mismos. Este problema del estado de los juegos, ella ha estado solicitando su arreglo desde el 2016, pero nunca ha sido atendida esta solicitud por parte del comité.
“De los cinco años que llevo viviendo aquí y de los tres años de recibir a mis niños, nunca había tenido un problema como este. Yo no estoy lucrando, simplemente estoy apoyando a otras familias con pequeños que tienen la misma necesidad que mi hija”.
Lucy ha querido comunicarse con los del comité, pero ellos se niegan rotundamente a recibirla, y otros niegan estar enterados de este problema, aunque sus firmas aparecen en el documento que se les envió.
“Quieren que ya no reciba a mis niños, pero qué hago si también tengo una hija con autismo. Cada vez que salgo me andan vigilando y hasta mi hija de cuatro años, cuando mira a un policía, corre hacia mí como si estuviéramos haciendo algo malo, ella ya tiene miedo y eso me preocupa”.
La preocupación y tristeza de Lucy, es la falta de conocimiento que estas personas tienen sobre el autismo. Luego de irlos a buscar y no querer cambiar de parecer, decidió avocarse con la PDH y el MP para levantar una denuncia sobre la discriminación.
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Los integrantes del comité no se presentaron a la citación, excusándose que “andaban de viaje”, a pesar que se encontraban en sus domicilios. El 21 de mayo, se espera que los acusados se dirijan a la Procuraduría de los Derechos Humanos para que se logre solventar la situación.
Familias, amigos y 11 diputados se han sumado para ser los querellantes adhesivos a las denuncias que Lucy presentó, sobre la violación de los derechos hacia las personas con autismo, cometidas en el condominio.
“Me parece una verdadera vergüenza que en pleno siglo 21, tengamos este tipo de discriminación, y más dentro de un condominio que se supone que deben tener otro nivel de educación. Lucy tiene nuestro apoyo”, dijo Eva Montes, diputada del Congreso.