Durante la pandemia quedo en evidencia el poder de la organización social. Comunidades que temían contagios en sus barrios, aldeas cantones o caseríos se plantaron en contra de las autoridades locales. Y es este poder local el que tiembla cuando la ciudadanía se organiza y empodera.
Algunas, organizadas en Consejos Comunitarios de Desarrollo (COCODES), en el interior del país tomaron el control de sus espacios. Limitaron la movilidad, cerraron calles y accesos para evitar que sus habitantes se contagiaran. Hoy, este modelo de gestión civil cobra fuerza en el municipio menos imaginado y de a poco obliga a la comuna capitalina a escuchar, valorar y ejecutar las solicitudes de los vecinos.
A decir de Renzo Rosal, analista político, a diferencia del interior del país, la capital nunca fue un lugar donde este tipo de organización se pudiera dar. “Él era enemigo de los COCODES, pues de crearse debía tomarlos en cuenta y para evitar que se establecieran creó los Comités Únicos de Barrios (CUB) los cuales no tienen peso legal”, asegura.
Un caso que ejemplifica el poder de estos vecinos organizados es el del COCODE LAS AMERICAS ZONA Zona 14, que en 2016 logró detener un proyecto de la comuna capitalina. De acuerdo con Luis Guillermo Martínez, promotor de este primer COCODE, la Muni tenía la intención de hacer un parque en la 18 calle de la zona 14.
“Este parque solo beneficiaba a un pequeño grupo de vecinos y al dueño de un terreno donde ya se había aprobado la construcción de un edificio”, recuerda. Y fue la férrea oposición de los vecinos la que frenó al “Jardines del Chocolate”, pues la alcaldía decidió detener el proyecto.
De acuerdo con Martínez, haber comenzado con la instauración del COCODE le valió la enemistad varios funcionarios de la comuna. “Me amenazaron, intimidaron y tuve que ir a los derechos humanos a denunciar”, recuerda. “Eso de que la Muni no le gustan los COCODES es cierto,
no le gusta que se conformen, pues tienen derecho a votar para aprobar proyectos y detener proyectos o exigir beneficios financieros de las comunas y allí es donde no les parece”. Arq. Luis Guillermo Martínez.
Hoy la municipalidad ha tenido que reconocer estos espacios de participación ciudadana y permitir la inscripción de más COCODES. De acuerdo con Ángel Avizures, vocero de la comuna, la gestión de Ricardo Quiñonez se ha caracterizado por una apertura y dialogo con los vecinos.
Y es esta apertura y el incremento en la cantidad de COCODES que ha inscrito la Muni, lo que de a poco ha garantizado espacios de participación ciudadana. Para Rosal la inscripción de más COCODES, por parte de la Municipalidad, garantiza la representación social, el ejercicio de ciudadanía y la fiscalización del gasto publico.
“Los COCODES son ahora una fuerza con gran incidencia para que las autoridades le pongan atención a una mejor prestación de servicios públicos y se evite la construcción de inmuebles sin respetar los derechos de los ciudadanos”, Renzo Rosal.
Para Martínez, lo que comenzó como una acción para mejorar las condiciones de vida de los vecinos, participar en las decisiones de su entonces sector, terminó convirtiéndose en algo más grande. “Detuvimos la construcción de un parque y ganamos representación en las decisiones que afectan el diario vivir de un sector”, asegura. Rosal asegura que con el aumento en inscripciones de COCODES, que trabajen por el bien común, así mejorará la calidad de vida en la ciudad de Guatemala.