El bochornoso accionar de los diputados imagen

“Al pueblo pan y circo”, dijo alguna vez el poeta romano Juvenal. La frase hacía alusión a la praxis de…

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“Al pueblo pan y circo”, dijo alguna vez el poeta romano Juvenal. La frase hacía alusión a la praxis de proveerle a las sociedades entretenimiento y alimento para mantenerlas alejadas de otros hechos controvertidos de la cosa pública y por supuesto de los asuntos políticos de una nación.

En la antigua Roma, este fue una forma de gobernanza y se constituyó como una especie de opio de los pueblos que en efecto solían carecer de posiciones críticas respecto a temas sociales mucho más profundos.

Ojalá nuestros diputados fueran capaces de siquiera proveernos pan y circo, eso los haría menos incompetentes, más astutos y no tan mezquinos. En cambio, los parlamentarios ofrecen solo bochornos espectáculos como el protagonizado por varios de ellos en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, instalación que no merece escenificaciones de tan baja monta.

Fotos: Congreso de la República
Fotos: Congreso de la República

Dos diputados del mismo bloque legislativo, Mario Taracena y Edgar Reyes Lee, tuvieron un conato de bronca y estuvieron a punto de irse a los golpes. ¡De vergüenza! El segundo le retó en reiteradas ocasiones a repetirle lo que le decía de frente y afuera de ese recinto, claramente un mensaje provocador que incitaba a una riña callejera.  

La escena no difiere mucho a las revueltas que protagonizan los reclusos en penales de máxima seguridad y no me cabe duda que, de no haberlo impedido, estos dos señores se hubieran golpeado.

Otra penosa escena fue ver a la diputada Patricia Sandoval, la que de acuerdo a varias publicaciones de prensa tiene nexos con estructuras dedicadas al narcotráfico, pidió investigar a los “terroristas” y “delincuentes” que quemaron la “casa del pueblo”.

¿Desde cuándo los patos le tiran a las escopetas? No cabe duda que es fácil ver la paja en el ojo ajeno sin ver la daga en el propio. La parlamentaria, se da baños de pureza y se golpea el pecho por el incendio del edificio que sirve como escenario de los excesos de los parlamentarios y de un sinfín de actos de corrupción.

Se golpea el pecho por la quema de un patrimonio al que la clase política de su calaña ha prostituido y convertido en un monumento a la corrupción y al abuso de poder. Vaya doble moral la de esta impresentable diputada.

Fotos: Congreso de la República

La peyorativa frase romana de “al pueblo pan y circo”, es demasiado idealista y romántica para nuestra podrida clase política.  Ojalá los diputados de este lamentable y torcido Congreso de la República pudieran darnos al menos unas pequeñas dosis de alimento y entretenimiento, pero estamos alejados de eso, pues solo nos pueden garantizar miseria, bochornos y corrupción.

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