“No, deténgase o le digo a su esposa”. Con esta frase la colaboradora trató de evitar el avance sexual del sexagenario, pero nada lo detuvo y pese a su avanzada edad, este prosiguió.
El momento habría pasado desapercibido, si el funcionario de UNESCO hubiese estado en su país, Guatemala, donde este tipo de denuncias poco prosperan. Para desgracia del abogado, el incidente se registró en Europa, donde este tipo de avances no son tolerados.
Así le llegó el Frío al abogado
Los vientos invernales comenzaban a azotar la Europa continental y en la Galia la temperatura obligaba a cubrir el cuerpo un poco más. Ese día de noviembre, la colaboradora de UNESCO sostuvo una reunión con el subdirector general de comunicación del organismo internacional.
Pudo ser el frío, las tardes pálidas o la soledad, la que le dio licencia para atacar. Él se aproximó a ella y trató de besarla, ella se negó.
Este se replegó y luego de escuchar la amenaza, “no, deténgase o le digo a su esposa”, decidió que nada importaba más. Y así volvió a abalanzarse sobre su colaboradora, el forcejeo comenzó de nuevo y ella lo logró repeler.
Ante el incidente, la mujer decidió que debía denunciar la conducta de La Rue. Era el subdirector, tenía una trayectoria intachable, pero había cometido una falta grave y todos debían saber la clase de monstruo que trabajaba al interno de la organización que vela por la educación, ciencia y cultura.
Todo por un beso
La valiente mujer acudió a sus superiores y presentó una queja formal en contra de La Rue. Uno a uno volvió a revivir los sucesos de ese día, tenía que hacerlo si esperaba que se corrigiera el mal.
Y así comenzó la espiral descendente que llevó al abogado a poner en peligro el prestigio y la reputación de la UNESCO. No es para menos, desde que llegó la nueva directora general, Audrey Azoulay, dijo que en la institución habría una “tolerancia cero” a conductas como la de La Rue.
Fue así como unos meses después de presentada su denuncia, las autoridades de UNESCO tomaron acción y suspendieron a La Rue de su cargo. “Lo separamos de su puesto, pendiente a los resultados de la investigación”.
De acuerdo con los medios europeos, La Rue trató de corregir la plana y pidió una disculpa pública a la compañera agraviada, pero fue en vano. El daño estaba hecho y él debería dejar su cargo de forma temporal.
El 26 de febrero UNESCO hizo formal el despido de La Rue. Ya no sería más una prominente figura internacional, su reputación estaba dañada y la organización le daba la espalda, tan solo dos días antes de su jubilación.
Quizá los más aliviados hoy, son los miembros de la academia sueca del premio Nobel. Pues a poco estuvieron de galardonar al ahora autodeclarado acosador sexual.
Frank La Rue
Activista de derechos humanos, ex comisionado presidencial para los DDHH y fundador de CALDH.