Perú fue sorprendido por el presidente peruano, Martín Vizcarra, al tomar la decisión de disolver el Congreso.
Dicho poder, dominado por la oposición fujimorista y aliados de derecha, ha estado en un choque de poderes contra el Ejecutivo.
Todo se desató luego de que el presidente no logró frenar una polémica designación de nuevos miembros del Tribunal Constitucional, impulsada por la misma oposición.
Los actores
El partido político Fuerza Popular, de Keiko Fujimori, quien se encuentra actualmente en prisión preventiva por lavado de dinero, y el Partido Aprista han estado luchando por hacerse con el control de la Corte.
El presidente Vizcarra llama al pueblo a elegir. “Que sea finalmente el pueblo quien defina a quién le da la razón: si a la mayoría parlamentaria que hoy disuelvo y se ha opuesto al Ejecutivo, o si le da la razón al Ejecutivo, eligiendo a una nueva mayoría”, expone.
El Congreso es otro de los actores importantes, tras haber elegido el lunes a un magistrado del Constitucional, sin haber debatido una moción de confianza. Dicha iniciativa legislativa fue anunciada por el Gobierno para modificar el sistema de designación de los jueces del Alto Tribunal.
Ese acto llevó a Vizcarra a tomar la decisión de disolver al Parlamento y adelantar las elecciones un año, el 26 de enero.
“Desde el Congreso no se dio la prioridad que la cuestión de confianza merece y se eligió al primer miembro del tribunal exprés en una dudosa votación”, menciona el mandatario.
El domingo, el gobernante lanzó un ultimátum al Legislativo. Lo disolvería si el lunes, el Congreso le negaba la confianza para que pudiera reformar el método de designación de magistrados del Constitucional.
Un resultado fallido
Vizcarra buscaba impedir que el Alto Tribunal fuera copado por jueces designados por la oposición fujimorista, quienes poseen la mayoría en el Legislativo, junto a sus aliados de derecha y extrema derecha.
El Parlamento decidió pasar por alto la propuesta del presidente peruano.
Los 32 millones de habitantes que radican en Lima, capital de Perú, observaban atónitos el mensaje del presidente en retransmisión televisiva: “He decidido disolver el Congreso y convocar a elecciones parlamentarias. Es clara la obstrucción y blindaje”.
La Constitución peruana señala que el Presidente de la República tiene la facultad de disolver el Congreso si este ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros.
El contraataque
La noche del mismo día, el Congreso aprobó una moción de incapacidad temporal hacia Vizcarra. La medida la tomaron los congresistas, por “propiciar la ruptura del orden constitucional”.
La vicepresidenta, Mercedes Aráoz, fue designada por el Congreso como la presidenta en funciones y entre sus primeras acciones está pedir ayuda de la OEA: “Asumo la presidencia, respondiendo a que el presidente Martín Vizcarra ha fallado al no cumplir con tres artículos constitucionales. Poder pedirle que nos ayude a tener un espacio de reconciliación y diálogo profundo, donde participen todas las fuerzas políticas y sociales”.
El mandatario peruano no está solo y aún sigue siendo el comandante general de las fuerzas armadas. Así lo hizo ver en un comunicado el Ejército peruano: “El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea de Perú reconocieron como presidente a Vizcarra y dijeron que es el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional de Perú”.
¿Quién es el verdadero presidente?
Según establece la Constitución, la Comisión Permanente del Congreso debería sesionar respecto a la decisión del presidente, y, en un lapso no mayor a cuatro meses, deberían convocarse a nuevas elecciones parlamentarias.
De acuerdo con lo que establece el Artículo 135, dentro de ese período el Poder Ejecutivo “legisla mediante decretos de urgencia, de los que da cuenta a la Comisión Permanente para que los examine y los eleve al Congreso, una vez que este se instale”.
Una vez compuesto el nuevo Congreso, los parlamentarios que entran en funciones se reúnen con la potestad de censurar al Consejo de Ministros (órgano que conforman todos los ministros del Estado peruano) o negarle la cuestión de confianza, una vez que el titular del Consejo haya expuesto ante el Congreso las razones que tuvo el Ejecutivo para disolver el Parlamento.
En tanto, de no celebrarse la elección dentro de los cuatro meses previstos, el Congreso disuelto “se reúne de pleno derecho, recobra sus facultades y destituye al Consejo de Ministros”, indica la Carta Magna peruana.