Venir deportado ya es un motivo para que te discriminen.
Trabajó alrededor de 15 años en Estados Unidos. Tres años en Denver, 5 en Los Ángeles, 3 en Boston y 4 en Houston. Desde construcción hasta recolectar basura fueron parte de su currículum profesional durante su estadía en el país del norte.
Tras ser detenido en una redada, “Juan” de 38 años vio cómo su vida se desvanecía. “Uno sabe el riesgo que corre al ser indocumentado. Pero si uno no está metido en problemas es algo que casi no sucede”.
Levantarse desde muy temprano, esperar en una parada por un picop que recogía a otros indocumentados para llevarlos a su próxima construcción era el día a día de Juan. “Trabajaba horas extensas, pero así es esto, laboras para pagar cuentas y ayudar a tu familia en Guatemala”.
“Nunca me imaginé que me tocaría a mí ser deportado”.
Juan
En diciembre, la policía ICE tocó la puerta de su casa y allí es donde cambió todo. “Me detuvieron, esposaron y llevaron a un centro de detención. En marzo me deportaron para Guatemala”.
A pesar de tratar de buscar una salida, Juan no pudo hacer nada. “Ya había empezado la crisis del coronavirus. Llegué cuando el país ya estaba cerrado”.
Desde el 16 de marzo hasta el 25 de ese mes ingresaron 451 guatemaltecos.
“Al ingresar te hacían la prueba y si estabas libre de COVID-19 te trasladaban en vehículos oficiales a tu residencia, ya que en ese tiempo estaba restringido el transporte público”.
Juan tuvo suerte y fue enviado a su hogar. Con el paso del tiempo la recepción de los deportados cambió, unos eran enviados a hoteles y otros a un albergue hasta que las autoridades estaban seguras que no podían propagar el virus.
“Al estar en mi pueblo las personas sabían que yo vivía en Estados Unidos y empezaron a decir que yo estaba contagiado cuando no era cierto”. “Pasé una cuarentena más y al salir todos me discriminaban”.
Desde no venderle alimentos hasta decirle que se fuera de allí, fueron algunas frases que Juan recibió. “No soy el primer caso de discriminación. Cuando más personas se infectaban había hasta vecinos que los querían ir a quemar y esto pasó en todos lados”.
En abril llegaron 80 deportados vía terrestre de México, a quienes llevaron a Quetzaltenango al Centro Recreativo Atanasio Tzul del Ministerio de Trabajo.
En cadena nacional el presidente aseguró: “Cinco COCODES se organizaron para tratar de ir a quemar el centro porque quieren quemar a la gente. A los 80 se les hizo la prueba del coronavirus y hasta el momento no ha salido ni uno contaminado, los vamos a tener ahí toda la noche”.
Así como Juan, cientos de guatemaltecos han sido discriminados por haber contraído COVID-19.
Nueva normalidad
El 29 de septiembre se anunció por parte del gobierno que no habría una ampliación del estado de calamidad. A partir del 1 de octubre las disposiciones presidenciales serían otras.
Horario de actividades en el sector público (artículo 4). Este estará comprendido de 7:00 a 15:00 horas para todas las dependencias del Organismo Ejecutivo.
Modalidades de la prestación del servicio personal (artículo 5). “En todos los casos del sector público y privado se recomienda permitir y propiciar el teletrabajo o trabajo desde casa, proporcionando los elementos necesarios para su desarrollo”.
Actividades de asociación por finalidades de cumplimiento legal (artículo 7). “Las reuniones deberán realizarse respetando de forma estricta las disposiciones legales vigentes para evitar el contagio del COVID-19”.
Se omiten todos los cierres en alerta roja y naranja, en concordancia con los derechos constitucionales.
Todo estará abierto, pero no se puede expandir ni consumir alcohol en lugares públicos ningún día entre las 21:00 a las 6:00 horas, tampoco beber en la vía pública.
Aforo en rojo a 10 m2 por persona, naranja a 6 m2 por persona acorde a la rectoría del MSPAS sobre las licencias sanitarias.
Reforzamientos de inspecciones sanitarias y de salud y seguridad ocupacional por parte del Ministerio de Salud, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y el Ministerio de Trabajo.
Ahora inicia una nueva etapa para los guatemaltecos.