En Nicaragua el tiempo se acaba para Daniel Ortega y su régimen dictatorial, pues en 6 meses los “Nicas” irán a las urnas y esperan ver un cambio. Desde 2018 las manifestaciones en contra del gobierno de Ortega, por una serie de reformas a la seguridad social y abuso de poder, dejaron expuesto al dictador y sus más crueles formas de represión.
La Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas pare los Derechos Humanos (OACNUDH), presentó un informe donde da cuenta de al menos 328 personas han fallecido por la represión que imparte Ortega. Esta cifra, según organizaciones locales, es aún mayor pues argumentan que asciende a 684, aunque el propio Ortega se justificó aduciendo un “Golpe de Estado Fallido”.
A la lista de muertes, persecución política y represión se suma la expropiación de bienes para financiar el aparato gubernamental. Casos como el de la empresa TOMZA, donde una planta de gas fue intervenida en favor del gobierno, ejemplifican la política del gobierno de Ortega que busca adueñarse de bienes privados.
El panorama en Nicaragua es oscuro e incierto. Las voces de los opositores al régimen de Ortega también son silenciadas. Medios de comunicación, que se atreven a desafiar al “dictador”, son intervenidos o cerrados para evitar que información desfavorable al gobierno se propague. Casos como el de 100% noticias y Confidencial de Nicaragua, donde sus instalaciones fueron allanadas y sus bienes pasaron a formar parte del erario del Estado, son la norma en la tierra de Rubén Darío.
Y es en este contexto, que la voz de un opositor encerrado, perseguido y limitado cobra más fuerza en un pueblo sumido en el miedo y la desesperanza. Juan Sebastián Chamorro, un economista y líder de la oposición, aún sueña con una Nicaragua libre y próspera. Desde su casa en Managua, custodiado por media docena de policías y con su derecho a la libre locomoción limitado, Chamorro espera ser electo este próximo noviembre en las elecciones presidenciales.
Chamorro asegura que el gobierno de Daniel Ortega ha copado los poderes del Estados y ha corrompido las instituciones. Apoyado por el ejercito y la policía, Ortega ha sumido a la nación en un caos. “Se apropió del sistema de justicia, controla las fuerzas armadas e infunde miedo a quienes se oponen a sus políticas”, asegura. Y es este control férreo sobre el aparato Estatal, en el que confía para seguir gobernando el país.
Tras ocho meses custodiado por la policía y encerrado en su casa, las simpatías por Chamorro cada día ganan adeptos. “En dos ocasiones he salido y me regresan a mi casa para que no salga”, comenta. En tres años este economista ha sido una piedra en el zapato para Ortega, crítico de sus acciones y recio en denunciar los abusos del régimen, ha pagado con su libertad el precio de hacerse escuchar.
“Por mi lucha como opositor me he ganado la enemistad de la familia Ortega Murillo, … cualquier lugar que vaya la policía me sigue y se pone al lado de la mesa y toma foto de con quién me reúno”, Sebastián Chamorro.
A decir de Chamorro, Ortega “ha disparado a matar”. Así se refiere a las más de 325 muertes que se registran en el país desde que los disturbios de 2018 comenzaron. La dictadura cruel, como le llama al gobierno de Ortega, “dispara a la cabeza, al tórax y al cuello en manifestaciones pacificas”, asegura. Evidencias que presentan los cuerpos de victimas de quienes se atreven a manifestarse en contra del presidente nicaragüense.
“La rebelión de 2018 comenzó con marchas pacificas y Ortega ordeno la muerte de 18 personas. Esta es la crueldad de la dictadura, donde simpatizantes de Ortega en moto perseguían a opositores y los mataban”, Juan Sebastián Chamorro
Una nación donde 200 mil personas han abandonado su tierra por miedo al gobierno, donde la falta de empleos los mantiene con hambre, donde la inversión privada se ha detenido y el turismo ha colapsado, no tiene otro camino más que el cambio. Uno que podría verse el próximo 7 de noviembre, cuando unos 4 millones de nicaragüenses decidan si quieren sacar al ex guerrillero de 75 años y apostarle a un cambio.
“Tengo esperanza y espero que sea la última vez que tengamos que lidiar con un dictador en Nicaragua”, Juan Sebastián Chamorro.
En un giro inesperado y siguiendo la tónica de atacar a la oposición, el gobierno de Daniel Ortega ordenó la captura de Cristiana Chamorro. Ella es una de las favoritas para sustituir a Ortega como presidente de Nicaragua, pues actualmente figura como precandidata a la presidencia. Según el Ministerio Público, la órden se giró por los delitos de gestión abusiva y falsedad ideológica, donde se le señala de lavado de dinero en perjuicio del Estado.
La vivienda de la precandidata fue allanada por un centenar de agentes de la policía y esta fue detenida. De acuerdo con Carlos Chamorro, hermano de la precandidata, “La Policía orteguista ejecuta un allanamiento ilegal en la casa de mi hermana Cristiana Chamorro”, aseguró. A decir de sus simpatizantes, la medida tiene como objeto evitar la participación de Cristiana Chamorro en las próximas elecciones del 7 de noviembre. El repudio internacional por la medida arbitraria e ilegal no se hizo esperar.