La familia Ortega-Murillo mantiene el poder con ayuda de sus propios medios de comunicación.
Todo inicia a través de compras, asociaciones e inversiones en medios de comunicación, la familia presidencial pretende controlar el contra-poder de la prensa y, por ende, la opinión pública. En 2007 se da este suceso, cuando vuelven al poder. En ese entonces, no contaban con el control mediático en el país. Su “caballo de Troya” eran los medios televisivos y radiales; canal 4, La Nueva Radio Ya y Radio Sandino.
Hoy, Ortega posee el control de ocho de los nueve canales en televisión abierta (VHF) que existen en Nicaragua; canales 4, 6, 8 y 13 y el sistema informativo de canal 2.
Cabe mencionar que el otro grupo de medios está controlado por el empresario mexicano-estadounidense, Ángel González (canales 2, 9, 10 y 11) que también son considerados como dentro de los medios afines a Ortega.
El modelo de comunicación implementado por Daniel Ortega y Rosario Murillo busca que los medios de comunicación dejen de ser contra-poder, convertirlos en vocerías oficiales para afianzar su poder político y económico.
El 19 de abril se ordenó a las empresas de cable instaladas en el país que sacaran del aire los canales hasta nueva orden. En un informe realizado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Organización de los Estados Americanos (OEA) mencionan que al canal 100% noticias le llegó una orden de Telecomunicaciones y Correo (TELCOR) que dejaran de cubrir las protestas y que suspendieran los programas En la Nación y Café con Voz, ya que según ellos incitaban a la violencia.
Por otro lado, las protestas llevaron a que el régimen de Ortega callara a todos aquellos que estuvieran en su contra. Como el caso del asesinato del periodista Ángel Gahona, ocurrido el 21 de abril del presente año, cuando transmitía en vivo la destrucción de un cajero automático, se efectuaba la presencia de antimotines que dispararon contra él. “Callar al pueblo y en el caso a los medios de comunicación es una total censura”, dicen los investigadores de la CIDH.
El tiempo transcurre, pero la búsqueda del diálogo se ve cada vez más lejos. ¿Crees que las muertes y la censura a la verdad tendrán su fin?
Fuente: CIDH y OEA