Parece que las mascarillas han llegado para quedarse por un largo tiempo, y quizás hayas notado que el uso de la misma ha causado que te salgan granitos o algunos problemas en tu piel.
Esto es debido al roce que provocan, en los que influye el calor y otros factores importantes en función de la piel.
De acuerdo con el portal Cuídate Plus, la piel no está acostumbrada a llevar la mascarilla tanto tiempo, así que al tener un roce con la piel y crear calor, causa la mala oxigenación en la zona. También, genera un efecto de agresión sobre el manto hidrolipídico (la capa superficial de la piel), que sirve de protección y barrera, que está formada por grasas y agua.
Esto se traduce a que nuestra piel se vuelve más sensible, reactiva y susceptible de presentar descamaciones, eccemas, irritaciones, alergias e infecciones.
Pieles mixtas y grasas
Para este tipo de pieles, la agresión provoca que las glándulas pilosebáceas segreguen más sebo para proteger a la piel y que aparezcan rojeces, granitos o acné si se ha producido una sobreinfección.
Además, las personas que ya padezcan de una piel sensible o con enfermedades de base como el acné, pueden sufrir un agravamiento.
¿Cómo cuidar tu piel?
Ya que el uso de las mascarillas es obligatorio en nuestro país, los especialistas en la piel recomiendan realizar una limpieza profunda para contrarrestar la falta de oxigenación.
Para limpiar tu piel debes elegir productos como: agua micelar o alguna loción y evitar elegir productos jabonosos.
Después, puedes incluir ingredientes calmantes, como podría ser el extracto de caléndula, e hidratantes en profundidad, como la alantoína, el pantenol, la urea, entre otros.
Además, recomiendan añadir por la noche regeneradores y cicatrizantes, o los serum con factores de crecimiento que se encargan de regenerar la piel, e incluso con aloe vera.
El uso de la vitamina C por las mañanas y por las noches también se recomienda por su poder antioxidante.
Sin embargo, otros factores como el estrés también se ven reflejados en la apariencia de nuestra piel. “Ese estrés hace que se activen vías inflamatorias y que los problemas cutáneos que ya se sufrían se descontrolen más. Eso se ve en la aparición de canas, de acné, entre otros brotes”, comenta Luis Díaz, dermatólogo.
Pero, la mejor recomendación para el tratamiento de tu piel la obtienes al visitar al dermatólogo de tu confianza. No te automediques ni apliques cualquier tratamiento que veas en la web.