Luis Carlos Mancilla no podrá pagar a los proveedores de su imprenta. La nula circulación en las carreteras, evitó que su cliente viajase a la capital para recoger su pedido y pagar la factura de Q24 mil que le adeuda. Hoy “El Güicho”, solo le agradece a CODECA, a sus 25 mil afiliados, a su estructura que opera en 475 comunidades y sus casi 30 años de existir, por sus buenos oficios.
Treinta y seis puntos del país fueron bloqueados por los manifestantes del Comité de Desarrollo Campesino (CODECA), quienes se quejan de la pésima administración de Alejandro Giammattei y la fiscal Consuelo Porras en el Ministerio Público. Los inconformes señalan de corruptos, vendidos, incompetentes y piden su renuncia a los cargos que ocupan. Pero a los miembros de CODECA parece habérseles olvidado que su organización es más parecida a la mancuerna que quieren que se vaya.
CODECA es un referente de lucha en Guatemala, una lucha que no siempre es transparente y que en algunos casos tiene como lideres a cuestionadas figuras. Sus filas las engrosan los más variopintos personajes, desde radicales suramericanos, como Jubenal Quispe, hasta violadores de menores como es el caso de Pedro Méndez. Además, utilizan métodos coercitivos para obligar a los más pobres a unirse al robo de energía eléctrica en el país. Este es el recuento de una lucha que se vale del miedo, la fe, la manipulación y la mentira para engañar a los menos favorecidos.
Sin dinero para pago de energía, pero sí para una Cherokee
Los bloqueos en las carreteras del país despertaron la ira de los guatemaltecos. Posts denunciando a los abusos de este grupo, al impedir la libre locomoción, se hicieron virales. Incluso algunos hasta cuestionaron las intenciones de los “supuestos activistas de CODECA”. No pagan la luz, pero si tienen para comprarse un auto de semi lujo.
CODECA encontró al mejor aliado, después de la ignorancia, para acuerpar su lucha. El brazo social de Álvaro Ramazzini, el ideólogo de la Comisión Pastoral Paz y Ecología (COPAE), desde hace varias décadas se unió al fomento del robo de energía en el área de occidente del país. Y es aquí desde donde la plataforma de la Iglesia Católica ha servicio para catapultar el movimiento que se dedica al robo de energía eléctrica en Guatemala, por medio de discursos llenos de odio, discriminación y la figura de Jesús de Nazaret.
En San Pablo, San Marcos la CODECA pide a los usuarios el pago de Q800 para conectarse a la red de energía eléctrica robada. Y luego cada mes la cancelación de Q80 para mantener el servicio, cabe destacar que el consumo de energía es ilimitado para los afiliados a CODECA.
El agitador que llegó de la américa del sur
En Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador y otros tantos del cono sur, el nombre de Ollantay Itzamná (Jubenal Quispe) es sinónimo de miedo y activismo social. Quispe, un peruano que se dice intentó convertirse en sacerdote (según el portal Bolivia Católica) y falló, se radicalizó y se ha dedicado a promover la resistencia en el continente.
“El resentimiento de este joven teólogo”, relata el portal, lo llevó a escribir en contra de la iglesia católica, especialmente sus jerarcas. Asuntos no aclarados por Quispe, le llevaron a salir de Bolivia con rumbo a España, donde se especializó en Derecho. En Guatemala, Quispe no ha sido discreto sobre su afición por el robo de energía eléctrica y su apoyo a CODECA. Miembros del partido MLP, el cual llevo como candidata a Thelma Cabrera a las anteriores elecciones, aseguran que Quispe es un colaborador muy cercano de la ex candidata. En sus columnas de opinión, publicadas en internet, Quispe cuenta como conoció a Cabrera y asegura que; “Desde entonces las acompañé en el sendero luminoso de las resistencias comunitarias en defensa de sus territorios”.
Y aunque hoy salgan a luchar en contra de la corrupción, CODECA no puede sacudirse una realidad: “Hasta para las elecciones robó energía eléctrica”. En La Libertad y San Francisco, Petén, las sedes del MLP se quedaron sin energía, pues sus lideres, consecuentes con el robo de energía, realizaron conexiones ilegales que obligaron a que les cortaran el servicio.
El violador de CODECA
Durante el día Pedro Méndez García se dedicaba a promover las actividades de robo de energía eléctrica de CODECA en el oriente del país. Pero por la tarde, en su casa, abusaba sexualmente de su hija de seis años. A Pedro se le unió su hijo Wester, quien también comenzó con el patrón de abuso a su media hermana. “Si dices algo voy a pelear con tu mamá y le voy a pegar, ¿eso quieres?”, le dijo pedro a su hija luego de violarla por primera vez. Wester, en cambio, le decía que le acompañara hacer mandados y la llevaba a moteles para abusar de ella.
Los 24 meses de martirio para la niña terminaron cuando un día la madre de esta encontró en el celular de su hijastro unas fotografías de lo que él hacia con su media hermana. Gritos y reclamos alertaron a los vecinos y luego, Pedro llegó a la casa para silenciar la discusión. Según las investigaciones del MP, el activista de CODECA no quería que el incidente pasara a más, “pues si la niña hablaba, lo de él con la menor también se haría publico”. Y todo salió mal, el padre fue detenido y una turba de simpatizantes de CODECA busco liberarlo de la comisaria. Mientras la fiscalía de la mujer en Jutiapa acusaba a padre e hijo de violar a la niña, la máxima líder de CODECA-MLP, Thelma Cabrera se limitó a decir: “Estamos siendo víctimas de una campaña de desinformación por nuestra lucha por los derechos campesinos”.
Cárceles clandestinas de CODECA
En San Pablo, San Marcos, las actividades de CODECA no se ciñen al robo de energía eléctrica, la manipulación y el engaño. Allí CODECA y sus simpatizantes han implementado un método de terror para controlar a los pobladores, cárceles clandestinas y trabajos forzados para quienes no apoyan su movimiento.
El expediente M116–2013–125 de la fiscalía contra el crimen organizado, recoge la denuncia de Casimiro Pérez por detenciones ilegales y secuestro. Luego de una investigación, se determinó que, en las comunidades de Las Brisas, Piedra Parada y Los Andes, del municipio de San Pablo, fueron construidas cárceles clandestinas por los activistas de la organización radical.
Según el relato de Casimiro Pérez, los lideres del movimiento que se oponían a la construcción de una hidroeléctrica y al pago del servicio de energía, comenzaron arrestar a campesinos que trabajaban para las empresas relacionadas con la generación y distribución de la electricidad. “Nos encerraron en unas casitas chiquitas y luego nos sacaban un par de horas para ir al rio a cargar piedras y subirlas por la montaña”, recuerda.
Mientras las vejaciones ocurrían, los lideres radicales les repetían que, si no se unían al movimiento, si no dejaban de trabajar en las empresas, serían expulsados de la comunidad. “Nos dejaron tres noches en las casitas y nos pegaban si no cargábamos las piedras”, declaró Pérez. A los abusos físicos y mentales se sumó una estrategia de manipulación, los lideres no permitirían que los hijos de trabajadores de las empresas se pudiesen inscribir en la escuela, peor aún, los expulsarían si los padres no se unían al movimiento radical. “Sacaron listados con los nombres de todos y les dijeron a los maestros que no dejaran inscribir ni entrar a ningún hijo de trabajador de las empresas”, agregó.
En el balance de las cosas, CODECA y Giammattei no son tan diferentes. Uno le robo la salud a un pueblo en el peor momento de su historia, lo dejo a merced de su suerte y jugó a Dios con sus vidas. La otra, la radical, lleva casi 30 años de robar, mentir y aprovecharse de la otra carencia del pueblo, la educación. George Orwell dijo, “Libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír”, pero debemos ser cuidadosos de a quien seguimos, pues no todos tienen las manos limpias para abanderar una lucha.