La llegada de la Semana Santa permitió que miles de personas pudieran encontrar un espacio de descanso dentro de la crisis de la pandemia del COVID-19. Las medidas del Gobierno de Guatemala permitieron que se pudieran visitar playas, ríos, lagos y distintos centros turísticos a lo largo del país.
Sin embargo, más allá del peligro de las aglomeraciones y la posibilidad de que la abrupta salida de miles de turistas nacionales o extranjeros a los rincones del territorio guatemalteco pudiera crear una nueva ola de contagios de coronavirus, los feriados de la semana mayor también se caracterizan por ser un foco de contaminación. Desde un simple papel, hasta una bolsa llena de distintos elementos que generan contaminación y tardan siglos en poder desaparecer por sí solos.
Con el fin de la Semana Santa, la factura del consumo de productos, la salida de una gran cantidad de personas y de la falta de un proceso para tratar los contaminantes o la basura comenzaron a asomarse. Durante la última década, la contaminación de ríos, lagos y playas se ha convertido en un tema que preocupa a las autoridades ambientales dentro del país y la región, así como a la fauna y flora de sectores protegidos.
Según el Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT), hasta 99 mil 111 personas visitaron las playas del Pacífico durante la Semana Santa.
Bolsas plásticas, botellas, envoltorios, vasos o platos de duroport colmaron las playas tras el paso de los turistas. Sin embargo, estos quedaron varados esperando ser recogidos y procesados para poder ser reciclados. Muchos de estos artículos terminan en el mar, agravando la problemática de contaminación de los océanos y perjudicando a la vida marina. En Guatemala, autoridades municipales debían realizar constantes y exhaustivas jornadas de limpieza para evitar que los residuos de los visitantes de la playa terminaran dentro del mar.
Según el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), se atendieron hasta 19 playas del país con brigadistas y voluntarios para poder recoger los desechos sólidos de los vacacionistas. Tras una coordinación con gobiernos locales como alcaldías y municipalidades, así como el sector privado y civil, se recuperaron cerca de 150 toneladas de basura que pudieron acabar dentro del mar. La participación total de personas para poder cumplir con las jornadas de limpieza alcanzó más de 1 mil 40 elementos.
Jorge Grande, jefe del departamento para el manejo de residuos y desechos sólidos del MARN aseguró que se contó con presencia en playas como Champerico, Tulate, Sipacate, Monterrico, El Hawaii, San José o Las Luisas en Escuintla, Retalhuleu y Santa Rosa.
La Municipalidad de San José, Escuintla también anunció que se pudieron recolectar más de 21.1 toneladas de basura por la Unidad de Gestión Ambiental y Forestal Municipal (UGAFOM). Por otro lado, el alcalde de Sipacate, Walter Nájera, confirmó que se recolectaron 8.5 toneladas de basura por el tren de aseo municipal.
¿Crees que deberían existir mayores castigos para personas que dejan su basura en las playas de Guatemala?