Su nombre ha resonado en el olimpo de los grandes predicadores, su fama trasciende fronteras y de a millones lo buscan para que los acerque a Dios. Se le ve de tú a tú con grandes teleevangelistas como Joel Osten, Benny Hill y Robert Tilton, quienes son sus compañeros de jet set y su marca personal es la prosperidad económica.
Pero, hoy, su nombre resuena nuevamente en las redes sociales, no por ven der salvación o sanar enfermos. “Cash” Luna acapara los comentarios con un tema que siempre fue un secreto a voces: “Las iglesias evangélicas, en su mayoría, son utilizadas para lavado de dinero”.
La cadena televisiva estadounidense Univisión presentó recientemente un reportaje sobre los pastores más influyentes, sus métodos, sus iglesias y sus grandes fortunas. “Cash Luna”, por supuesto, fue una de las figuras principales en la pieza noticiosa.
La teología o evangelio de la prosperidad
Miles de telepredicadores hablan de ella y son fiel testimonio de sus palabras.
“La prosperidad económica y las bendiciones de Dios van de la mano”, y la salvación eterna es el resultado final de una vida orientada a lo material.
Y es lo material ( justamente una megaiglesia que “Cash” Luna construyó en carretera a El Salvador; un jet privado, seguridad ejecutiva y lujos a más no poder) lo que ha llevado al pastor guatemalteco a ser uno de los religiosos más influyentes de América Latina.
“Dar es mejor que recibir”, es una premisa que miles de iglesias promueven por todo el mundo. Pero en el caso de Casa de Dios, una variación de esta frase ha hecho que los “desposeídos”, señalados de corrupción, criminales y cualquiera con un cuestionable pasado, busquen “dar para recibir más y más”.
Una conducta decorosa, una familia ejemplar y una billetera enorme son las llaves para entrar al reino de “Cash” Luna, allí donde todo se puede en el “nombre de Dios” y las bendiciones se convierten en bienes materiales. Ese es el lugar donde todos ellos quieren estar.
Así nació “Cash”
Según su testimonio, era un joven conflictivo que vivía en “el mundo”. “Hice muchas cosas, hasta vendía marihuana para sobrevivir”, declara él cuando cuenta su historia. El mote de “Cash” le vino porque todas sus transacciones debían ser de una misma manera: en efectivo (“cash”, en inglés).
También fue vendedor ambulante de trajes de vestir. “Iba de puerta en puerta y así lograba juntar lo de mis gastos”, agrega el religioso. Pero fue una oportunidad en que conoció la palabra del Señor y así comenzó a cambiar su vida.
Luego de las vueltas de la vida llegó a la congregación conocida como “La Frater”, en donde el pastor Jorge H. López lo acogió y de a poco se ganó su confianza. En poco tiempo, “Cash” había logrado posicionarse como uno de los líderes jóvenes de la iglesia y luego pasó a dirigir el grupo juvenil del templo en la calzada Roosevelt.
Diferencias de criterio y visión lo alejaron de H. López, pero un nutrido grupo de seguidores se fue con él. “Seguimos a ‘Cash’ hasta una galera sobre el bulevar Los Próceres, en donde nació oficialmente Casa de Dios”, recuerda una discípula.
Pero, las ambiciones de llevar la palabra de Dios no se detendrían en esa estructura metálica, pues “Cash” tenía grandes planes y sueños. Con un grupo de empresarios, que le siguieron a su emprendimiento religioso, comenzaron a gestionar una megaobra para honra de Dios.
“Una día estábamos en el terreno en donde se encuentra la megaiglesia, cuando ‘Cash’ dijo que Dios le había hablado. Que alguien iba a donar un terreno para la obra”, agrega la discípula. Y, así fue, una persona donó una buena parte de sus tierras para que el sueño de Luna se hiciera realidad.
Oraciones, conversaciones con Dios y un nutrido número de seguidores hicieron de la iglesia gigante una realidad. A esta, le siguieron influencias en todas las esferas sociales, políticas y económicas.
Candidatos a presidentes, empresarios, banqueros, comerciantes y cualquiera que se jacte de ser alguien en la sociedad guatemalteca conoce a “Cash” o ha tenido algo que ver con él. Luna ha llegado al punto de cobrar hasta US$50 mil por presentarse en jornadas de sanación, conocidas como “Noches de Gloria”.
Tan cerca que quema
“Cash” y su amor por el protagonismo lo llevaron a meterse en problemas durante el gobierno del Partido Patriota, cuando una bandera y un asta le fueron regaladas a su megatemplo por parte de la entonces vicepresidenta Roxana Baldetti. Sin embargo, una investigación sobre corrupción en el gobierno determinó que capital “mal habido” habría sido usado para pagar el pabellón de Luna.
Hoy, los vínculos entre “Cash” Luna y Marllory Chacón, conocida como la “Reina del Sur” y la operadora del narcotráfico en Guatemala, podrían ser los primeros indicios que nos lleven a saber de dónde salió el dinero para la construcción de Casa de Dios.
La Fiscal General, Consuelo Porras, confirmó que se realizará una investigación de oficio sobre los presuntos vínculos de “Cash” Luna con criminales transnacionales, y finalmente podamos tener una respuesta a la gran interrogante: ¿Qué tan próspero puede llegar a ser un pastor, antes de convertirse en otro ángel caído?