Tener armas de fuego en lugares en donde los niños puedan tenerlas al alcance de sus manos provoca grandes tragedias. Hoy es “común” que cualquier persona porte un arma o tenga una en su hogar para casos de “emergencia”.
Los niños son curiosos por naturaleza y en su inocencia no miden el peligro que representan las armas de fuego. Incluso, como sociedad los alentamos porque se les regala pistolas de dulces o pistolas de agua, haciéndoles ver que es algo “inofensivo”. Lo que sí es seguro, es que los padres nunca se imaginan que sus hijos puedan hacerle daño a alguien con estos “simples juguetitos”. Pero, ¿qué pasa cuando se tiene un arma en casa? El descuido y la confianza de pensar que el menor no sabe de la existencia del arma llevan a incidentes fatales.
La vida puede cambiar en un instante…
Camilo Pozuelos, caracterizado por ser un niño alegre y con un gran corazón para servirle a Dios. Jugaba como de costumbre con sus amigos en el parque del condominio de la zona 7. La familia Pozuelos Rodas no se imaginaban que la tarde del 13 de marzo la vida de su hijo correría peligro.
Todo empezó como un juego inocente, uno de los amigos de Camilo, emocionado por mostrarles a todos la pistola de su abuelo fue a casa a sacarla. Fue cuestión de minutos cuando el arma se resbaló y se disparó, siendo Camilo el afectado.
Al escuchar el disparo las familias salieron a ver que pasaba y observaron a Camilo herido. Al llamar a los cuerpos de emergencia, estos llegaron pero aconsejaron a los padres a llevarlo al IGSS de accidentes porque no daba tiempo de llegar a otro hospital, dado que su hígado estaba partido en dos y su diafragma gravemente lastimado.
Dos horas duró la operación y la agonía de la familia en saber que pasaría con su hijo, fue lo más aterrador. Camilo se encuentra en cuidados intensivos y en observación esperando que la operación haya tenido éxito y se le pueda trasladar a otro centro hospitalario.
“Camilo es un niño súper cariñoso y amable” dijo una mamá del Roble.
Se necesita con urgencia donadores de sangre
Por sus graves lesiones y para tenerlo mejor atendido, la familia lo trasladará al Centro Médico. Ahí, se necesitan donadores de sangre tipo A- , los requisitos son:
-Tener entre 18 y 55 años.
-Traer documento de identificación.
-Tener peso mayor de 110 lbs. Mujeres y 120 lbs Hombres.
-No haberse tatuado o perforado en el último año.
-No haber tenido infecciones virales o bacterianas en los últimos 15 días.
-No haber tenido hepatitis después de haber cumplido los 10 años.
-No estar tomando medicamentos como: antibióticos, hormonas tiroideas, tranquilizantes, aspirinas, anti-coagulantes, antidepresivos, relajantes, hormona de crecimiento.
-No tener enfermedades graves: Presión arterial alta o baja, diabetes tratada con insulina, angina de pecho, asma bronquial, etc.
-No tener antecedentes de cáncer, epilepsia, alérgicas muy importantes, enfermedades hemorrágicas graves.
-No haberse extraído una pieza dental o cirugía reciente.
-Si es mujer no estar embarazada o dando lactancia.
-Si recibió algún tipo de vacuna, traer constancia o informar en la entrevista tipo de vacuna que recibió (tétano, hepatitis B, rubeola, sarampión, etc.)
Se recomienda que los donadores puedan llegar en ayunas o haber comido: fruta, pan, café, te, jugo de frutas o licuado sin leche. El Horario es de lunes a viernes de 7:00 a 11:00 a.m.
Se estarán recibiendo en el banco de sangre privado Dr. Carlos Moscoso, en la 5ta. calle 7-53 zona 9 . Deben consignar el nombre de Camilo José Gabriel Pozuelos Rodas. Para mayor información comunicarse al 5922-7595 con Rafa Pozuelos.
“Son una familia ejemplar y entregada a Dios” dijo un papá del Roble.
¿Qué puede suceder?
En términos legales, el Código Penal y la Ley de la Niñez y de la Adolescencia indican que, en estos casos, si el niño tiene 13 años en adelante se le debe juzgar a través de un procedimiento especial de la niñez sobre lo sucedido. Al ser menor de los 13 años no puede ser imputable en cuestiones legales, los padres deben responder y hacerse responsables de todo gasto.
Al dueño del arma se le podría imputar el delito de lesiones culposas, esto se refiere a que no hubo intención de su parte en cometer un incidente, porque un objeto de su propiedad fue disparado sin su consentimiento. Pero, causó lesiones por el descuido de no supervisar el arma.
El apoyo psicológico es esencial en estos casos. Se debe trabajar con los afectados para manejar el sentimiento de culpa, autoestima, seguridad y ante todo controlar sus emociones hacia lo que están enfrentando para evitar que los menores caigan en depresión.
“En este caso los niños tienden a tener apego con la progenitora. Es decir, el menor tiene miedo que se lo lleven a algún lugar por lo sucedido” dijo un psicólogo consultado.
Cuidados en el hogar al tener armas
La mejor forma de evitar estos incidentes es sacando toda arma de fuego de casa. Al momento de tener una, se debe tener las precauciones siguientes:
-Guardar el arma en un lugar con llave sin municiones en el cargador y desarmada.
-La existencia del arma solo debe de saberlas los padres.
-Si limpia el arma, debe tener cuidado en todo momento para no dejarlo a la vista de los menores.
No existen medidas que ahuyenten el peligro de las armas de fuego, pero sí podemos difundir este mensaje a más personas como muestra de apoyo hacia la familia Pozuelos Rodas.