La avenida lucía tranquila, con el movimiento normal de un sábado por la noche. Marta (nombre ficticio) se encontraba en un restaurante de comida rápida, ubicado en la esquina de la 5a. avenida y 8a. calle de la zona 1, junto con su mamá. La mesa que habían elegido estaba al lado de una ventana, con vista a la calle.
Nada interrumpía la tranquilidad del momento, únicamente algún carro que se pasara en rojo el semáforo o un peatón que se cruzara, peligrando que lo atropellaran. “Me paré para ver cómo iba mi orden; de repente, escuché los gritos de la gente de la calle y en lo primero que pensé fue en mi mamá, que se había quedado sentada”, relata la protagonista.
“Mientras caminaba para la mesa escuché balazos; luego corrí, tras darme cuenta de que uno de ellos había impactado en la ventana donde estábamos sentados. Me asusté”, agrega Marta. “En total fueron tres balas las que entraron en el restaurante, y una de ellas me rozó el brazo”, detalla.
“Varios comensales se escondieron debajo de las mesas y otros corrieron a buscar refugio en el baño”, cuentan las meseras de dicho negocio de comida.
“Vivimos una experiencia terrible, es inexplicable el sentimiento que nos hacen pasar estos enfrentamientos. Se escuchan los balazos como si estuvieras en una película”, comenta Ramiro Díaz, otro testigo del hecho. “Hasta aquí no se sabe qué pasó. Unos dicen que eran ladrones; otros, que estaban persiguiendo al taxista que mataron”, añade.
Afortunadamente, el incidente no pasó a mayores para ninguno de los comensales. Sin embargo, no fue la misma historia para un taxista que expiró dentro de su vehículo cuando circulaba por el área, víctima de las balas perdidas. Según versiones, los delincuentes perseguían a un peatón, quien murió en un centro asistencial.
“¿Hasta cuándo vamos a vivir así? Antes uno podía salir caminando a la hora que quisiera, pero ahora ni comer en un lugar se puede porque es un riesgo”, resalta Díaz.
De esa noche de susto para quienes comían en el lugar solo quedó el recuerdo, el miedo y tres perforaciones de bala en una de las paredes del negocio. Para Marta, este fue otro “mal sabor de boca”, pues cuenta que no es la primera vez que presencia una balacera.
“Hace un par de años, una amiga me invitó a su fiesta en la zona 10; repentinamente, un grupo de hombres entró en la discoteca y le disparó a un muchacho. Fue terrible porque no nos dejaron salir del lugar por un largo tiempo”, manifiesta.
Homicidios
El 2018 finalizó con una tasa de homicidios de 22.4 por cada cien mil habitantes. El país registró 3,881 asesinatos, según InSight Crime.
En cuanto a los departamentos con más hechos violentos, Zacapa encabeza la estadística; le siguen Escuintla, Ciudad de Guatemala, Izabal y Chiquimula, según el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), en su informe del año pasado.
Según el estudio sobre la Violencia de Diálogos, los homicidios por arma de fuego fueron de 17.7 por cada cien mil habitantes; y para arma blanca, de 2.2 homicidios por cada cien mil habitantes.
