Los últimos ocho meses del 2020 han sido marcados por el cambio de hábitos mundialmente debido a la pandemia del COVID-19. Incluso, durante las catástrofes y fenómenos naturales, los cuerpos de socorro se han tenido que adaptar a la crisis generada por el coronavirus.
La población que sufre de pobreza extrema y tiene altos índices de desnutrición se agravó durante la pandemia. Las autoridades gubernamentales iniciaron con la ayuda humanitaria, pero su situación no mejoró. Pero la crisis empeoró al llegar la depresión tropical Eta, donde las lluvias provocaron el desgaste de suelos, crecimiento de ríos, inundaciones, socavamientos y derrumbes.
Quiché, Alta Verapaz, Izabal y Zacapa destacaron como los más afectados con algunos de sus municipios terminando bajo el agua y dejando sin hogar a miles de personas. En ese momento, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) inició con las labores de rescate y traslado de afectados hacia los albergues.
Según David De León, portavoz de CONRED, “existen 324 albergues funcionando para atender a los afectados de Eta e Iota. En ellos, hasta 31 mil 173 personas de siete departamentos son apoyadas.”
CONRED ha sufrido los cambios de la pandemia y, con la movilización de las más de 31 mil personas hacia los albergues, mantener el distanciamiento social entre los afectados era vital. “El distanciamiento no ha sido tan fácil, debido a que las personas han llegado en familias y muchas son numerosas y desean estar juntos. Tratamos de mantener siempre un ambiente y dar consciencia de que también está la pandemia” agregó De León.
El vocero de la institución también afirmó que la situación por el COVID-19 ha provocado que las autoridades como el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) dispongan de ciertas normas entre los miembros de CONRED y las personas que estén en los albergues. “Hay uso de la mascarilla obligatorio para nuestros colaboradores a nivel nacional y para todas aquellas que arriben y permanezcan dentro de los albergues. El Ministerio de Salud y CONRED crearon un sistema de monitoreo en cada albergue para detectar a personas con síntomas o, si se encontrara un caso positivo de COVID-19, poder atenderla en los centros de salud” afirmó De León.
De León también comentó sobre los casos de COVID-19 dentro de la crisis provocada por Eta e Iota, siendo 18 las personas que han tenido que ser atendidas por el virus desde que los afectados por las tormentas fueron trasladados a los albergues. “En el caso de los miembros de CONRED, desde el inicio de la pandemia sufrimos 60 casos, pero ninguno de ellos ha sido de elementos trabajando en campo o atendiendo a las emergencias de Eta o Iota.”
Actualmente, Alta Verapaz es el departamento que cuenta con más personas dentro de albergues tras el inicio de las lluvias. 13 mil 210 afectados se han resguardado dentro de los 96 centros de atención habilitados por CONRED. Izabal resguarda a 11 mil 105 damnificados dentro de 132 albergues.