A 24 horas del fallecimiento sorpresivo del alcalde Alvaro Arzú, la ciudadanía ha reaccionado de distinta forma. El cuerpo se encuentra todavía en el interior del Palacio Nacional de la Cultura y ahí se han acercado cientos de personas para despedirse, en unos casos, o para atacarlo en otros. Relato estuvo ahí y te lo cuenta.
Por: Astrid Díaz y Gaby Rodríguez
Arzúlovers
El Patio de La Paz del Palacio Nacional de la Cultura lucía lleno de flores y arreglos por doquier. Había una larga fila de personas que esperaba su turno para darle el último adiós a Álvaro Arzú, al que han dado por llamar el “ídolo del pueblo”. Frente a la caja mortuoria, algunos inclinaban la cabeza como señal de respeto, otros levantaban sus manos al cielo como pidiendo por su alma y otro grupo, muy especial, no lograba contener las lágrimas y lloraba la muerte de su alcalde.
Sofía Gómez destacó entre la multitud porque llevaba una foto de Arzú. Un par de lágrimas brotaron de sus ojos y se despidió de él diciendo: “Adiós a mi alcalde, el mejor de todos”. En parte triste y con un “dolor profundo en el alma”, expresó que el único recuerdo que llevará por siempre es una foto autografiada por él mismo, cuando se convirtió en Presidente en 1996.
Por su parte, Gaby Martínez de 22 años de edad, dijo: “El único Alcalde del que tengo memoria y para mí el mejor”. Su rostro reflejaba tristeza, trataba de contener sus lágrimas y se despidió de su alcalde con una pequeña reverencia, además dejó una rosa blanca frente a su caja.
Mientras tanto, los Arzúhaters, no manifiestaron ningún sentimiento de tristeza.
“Perro muerto, se acabó la rabia”, señaló Joaquín, frente al Palacio Nacional de la Cultura, divirtiéndose mientras otros sufrían y agradeciendo con las manos en alto “que un corrupto más fuera eliminado”. Jóvenes, niños y adultos estaban frente a la gran construcción verde jade, mientras otros, salían de él con lágrimas.
Para Karina Quiroa, él no fue más que un estafador, alguien que utilizó el dinero del pueblo para darse sus lujos. “Jimmy y Arzú están cortados con la misma tijera”, manifestó frunciendo el ceño. Su madre, Sofía, pensaba de la misma manera. “Hay personas mejores para el puesto, Arzú no hizo más que engañarnos de una forma escondida, sin dar sospechas que se gastaba todo el dinero a nuestras espaldas”, manifestó.
Los jóvenes son los que más expresaron su indiferencia hacia la muerte del alcalde. “Yo la verdad, lo miraba como un ser sobrevalorado. Es cierto que hizo tantas cosas, pero no es para que casi lo tengan en un altar”, indicó Daniela Aguirre, de 21 años.
Llanto, frustración y felicidad fueron notorios en el Palacio Nacional de la Cultura, mientras el ex Alcalde Álvaro Arzú era velado. Pero, ¿qué pasará ahora luego de su muerte?