En medio de la problemática generada por la segunda ola de casos de COVID-19 en Guatemala, los más pequeños del hogar deben pensar en el regreso a clases en plena pandemia. Colegios públicos y privados han pasado los últimos meses de encierro preparándose para el día en que los niños puedan regresar a los salones de clase.
Sin embargo, la vuelta de los infantes a las aulas podría no ser tan lejano debido al semáforo de alertas del Gobierno de Guatemala. Según las normativas de las autoridades, los municipios en alerta naranja podrán reabrir sus escuelas. Son 272 municipalidades las que tendrían la posibilidad de reabrir sus centros educativos según los datos estadísticos de las alertas del Gobierno de Guatemala.
Para los colegios públicos el ciclo escolar iniciará el próximo 22 de febrero. Pero, en instituciones privadas, las clases ya comenzaron para muchos estudiantes desde el 7, 8, 9 y 10 de enero según afirmó Diana Brown, Directora Ejecutiva de la Asociación de Colegios Privados de Guatemala. Cerca de 5 mil centros estudiantiles privados tuvieron que acomodarse a la nueva normalidad y buscar soluciones a las clases virtuales y una eventual llegada a los colegios.
A pesar de las modificaciones en la infraestructura y conformación de las clases, la segunda ola de contagios ha retrasado el regreso a los salones para los colegios privados. “Un 99 por ciento de los colegios privados inició a distancia. Con el aumento de casos, queríamos ser prudentes y decidimos empezar así para no poner en riesgo a los estudiantes” declaró Brown.
Preocupación entre padres de familia
Ana, madre de dos niños pequeños, ha pasado la cuarentena velando por la atención hacia una computadora. Al igual que muchos padres de familia, su mayor preocupación es que sus hijos contraigan el virus por ir a la escuela, razón por la que prefiere continuar desde una modalidad virtual.“De por si me cuesta controlar a un pequeño de cinco años. Es imposible que puedan estar dentro de una clase sin contacto y, además, manteniendo la mascarilla puesta” aseguró Ana.
Brown comentó que el peligro de que algún estudiante deje de usar la mascarilla dentro de un colegio es parte del “control que debe ser exigido por parte del docente. Todo niño a partir de los dos años debe usar mascarilla. Se debe hacer consciencia desde casa y colegia. Es un reto inevitable.”
Pero la necesidad también ha obligado a muchos otros papás a regresar a sus puestos de trabajo, dejando el teletrabajo por un lado y su facilidad para cuidar a los pequeños durante la pandemia. Si bien muchos ven el peligro de volver a las rutinas anteriores a la pandemia, un colegio es el único lugar para cuidar a los menores del hogar mientras se gana el pan de cada día.
Por otro lado, la incógnita de los recreos durante las clases presenciales sigue preocupando a padres de familia. Según el Ministerio de Educación y el Gobierno de Guatemala en su sistema de alertas, para el color naranja en municipios se podrá tener “recreos y educación física al aire libre con aforo de 2.5 metros cuadrados por persona y manteniendo la burbuja del aula.” Pero, para padres de familia como Ana, este es un espacio donde se pueden contagiar los niños y que puede crear fallas dentro del distanciamiento. Brown aseguró a esta situación que, para los colegios privados, “
Diferencia de realidades entre colegios públicos y privados
A pesar de que los últimos meses de cuarentena y confinamiento han permitido que las diferentes instituciones educativas puedan implementar medidas contra el COVID-19 dentro de la infraestructura, sigue siendo una incógnita la efectividad de ellas cuando los niños y jóvenes vuelvan a los salones. Según Brown las clases en los colegios privados estarán conformados por burbujas. “Son grupos más pequeños y se van turnando. Mientras una cantidad de estudiantes llega al colegio, otro grupo está en clases virtuales en tiempo real. Se mantiene una distancia de cuatro metros cuadrados según indica el semáforo de alertas del Gobierno” indicó Brown.
En el caso de las escuelas públicas, el panorama no se ve tan claro aún. A pesar de que varios colegios podrían empezar a recibir estudiantes en febrero, las carencias que se arrastraban desde antes de la pandemia aún crean desconcierto. Según declaró el Ministerio de Educación el pasado lunes durante una citación por parte de la bancada de la Unidad Nacional por la Esperanza (UNE), existen más de 10 mil colegios no cuentan con agua potable, siendo Alta Verapaz el más afectado. Además, sigue sin ser especificado cómo podrán mantener varias escuelas públicas las clases híbridas mientras muchos estudiantes no tienen acceso a internet.
¿Crees que es buena idea que los niños vuelvan a las escuelas mientras crecen los casos de COVID-19 en el país?