A sus escasos 8 años, Adrián padece de una enfermedad genética incurable, definida como “una enfermedad rara” que le ha llevado a debatirse entre la vida y la muerte durante incontable cantidad de veces.
Cualquiera pensaría que tantos años de lucha habrían creado a un niño silencioso y triste, pero Adrián solo quiere ser como sus hermanitos y su mayor sueño es poder jugar fútbol con sus hermanos y superar esta enfermedad.
Sus padres se han convertido en unos superhumanos con una fortaleza inquebrantable que se ha multiplicado con cada noche en hospitales, con cada recaudación, con cada vez que han visto la preciosa vida de su hijo en riesgo. Ellos no han descansado por encontrar un diagnóstico y una cura que salve definitivamente a Adrián.
La enfermedad de este niño lo ha llevado a tener múltiples complicaciones en muchos de sus órganos, su bazo ha tenido que ser extirpado y tiene un soplo en el corazón. Además, hay problemas en su sangre y ha tenido que ser transfundido más de 100 veces, gracias a muchísimos donadores que le han regalado un poco de vida a través de su sangre.
Las infecciones, anemias, transfusiones y los fallos en sus órganos lo han llevado a pasar sus días entre hospitales y salas de espera.
Recientemente, los médicos descubrieron que sus propios anticuerpos están produciendo la destrucción de glóbulos rojos y eso empeora todo.
Luis Haroldo González López, padre de Adrián, comentó: “No está diagnosticado, solo sabemos que su cuerpo rompe sus glóbulos rojos”. Esta acción de romperlos le ha producido anemias hemolíticas severas y la única forma que tenía para sobrevivir era con transfusiones de sangre cada 40 días o menos.
Esta dinámica que le daba vida, también estaba dañando su organismo, pues le ponía en riesgo al recibir tanta sangre de tantos donantes desconocidos. Luego de realizarle más de 100 transfusiones, varios de sus órganos comenzaron a fallar y se deterioró su hígado (por eso su color ictérico) y la vesícula.
“Las transfusiones generaron en sus órganos sobrecargas de hierro que se alojaron en el corazón, su hígado y su cerebro, y eran mortales en cualquiera de los casos”
Luis González, papá de Adrián
Adrián y su familia han pasado por hospitales nacionales y privados, y han luchado contra anemias y hepatitis permanentes. Lo más desesperante hasta ahora ha sido no saber qué enfermedad es la que lo ataca. El padre de Adrián explicó: “Resulta necesario el diagnóstico porque no sabemos qué tan degenerativa es la enfermedad ni sabemos qué posibilidad hay de echar para atrás todo el daño que ha hecho”.
Sus padres no pierden la fe y han vendido todo lo que tenían, hacen ventas especiales, baratillos, negocios, bingos y todo tipo de actividades para salvar a su pequeño guerrero.
Mensualmente, la familia invierte más de Q7 mil 500 en medicamentos y por eso precisan de ayuda urgente y recurren a pedir apoyo.
El mismo Adrián acompaña a sus padres en la entrega y recolección de alcancías que tienen en muchos comercios para recaudar fondos, juega con sus hermanos, envía mensajes de agradecimiento y pide también cadenas de oración.
“Hay que aprender a vivir con esta enfermedad, no sabemos qué le pueda pasar o qué nuevo síntoma pueda aparecer. Adrián vive gracias a Dios y a todas las medicinas”, indicaron sus padres, y es aquí donde tú puedes ayudar.
“Solo sabemos que la enfermedad es genética, solo Dios la puso y solo Dios la puede quitar”.
Así puedes ayudarlo:
Monetaria del Banco G&t 001-0062070-1 a nombre de Luis González.
Monetaria Banrural 3267050906 Luis González.
De ahorros del BI 410-38-91271 Adrián González
Apóyalo también en su página de Facebook @AyudaParaAdrian
Ahí podrás hacer donaciones o comprar artículos en su venta de garaje virtual que se mantiene abierta de forma ininterrumpida:
Oraciones, tan importantes como lo material
La familia ruega tu apoyo económico, también espiritual: “Seguimos pidiendo por su sanidad. Muchas veces no entendemos por qué pasan estas cosas, un hijo enfermo es la prueba más difícil que hay, pero confiamos en que Dios está con nosotros y que se hará el milagro de la sanidad en su cuerpo. Seguimos en oración”.
Los últimos meses han sido difíciles, sus recaídas les han llevado a pensar incluso que el niño perdería la batalla, pero no, Adrián no contempla la rendición como una opción.
La familia sigue haciendo esfuerzos para recolectar dinero, pues ahora necesitan hacerle pruebas citogenéticas moleculares” para tener un diagnóstico. Precisan también llevarlo con otros especialistas. “Esperamos llevarlo lo más pronto con el Hemato-Oncólogo. Necesitamos arrancar con los posibles tratamientos”.
Adrián, les dice a sus padres: “Ustedes luchan por mí, yo lucho para que Diosito me cure y logre un día estar bien”. Es momento de ayudarlo.