El INACIF realizó 4,186 evaluaciones clínicas por los delitos sexuales en el país, en los primeros 6 meses del año.
Hablar de violaciones en el país es un tema que no respeta género ni edad. Las mujeres prevalecen con un riesgo de 90 por ciento que abusen de ellas, mientras los varones con el 10 por ciento.
Para el siguiente relato utilizamos un nombre ficticio para proteger la privacidad de la entrevistada.
A sus 17 años, “Mafer” cursaba su último año de bachillerato en un colegio de la ciudad de Guatemala. A su edad, las salidas con sus amigos, fiestas, vida familiar y estudios era normal.
Siete años han pasado desde que su vida cambió. Una violación que la afectó psicológicamente y también a sus seres queridos.
“A los 17 años quieres disfrutar tu último año del colegio, vivir la vida al máximo, piensas en tu futuro, en qué universidad ir y tener nuevas experiencias”. “Aún me recuerdo como si fuera ayer, aquella noche en la cual mi vida cambió para siempre”.
Mafer se encontraba con unas amigas en la casa de otra compañera, las chicas se prepararon para ir a una fiesta. “El plan fue salir a comer algo y luego juntarnos con nuestros amigos. Era una fiesta privada en una casa. “Mi familia nunca había recibido amenazas”.
Las cinco chicas terminaron su primer paseo en una noche de abril, serena y con bruma. “Después de ir a cenar, nos encaminamos hacia un residencial cerca del sur de la ciudad. Allí se encontraban mis amigos y unos invitados de otro colegio”. “Era una de las fiestas para celebrar nuestro último año”.
Con música, alcohol y comida, los jóvenes estaban pasándola genial. “Eran alrededor de las 11:00 de la noche, ya nos íbamos a regresar con mis amigas. En la fiesta estaban unos chicos desconocidos. Nos ofrecieron unos tragos y allí sucedió algo”.
“Mi error fue aceptar el trago de un desconocido, unos decían que eran amigos de alguien del otro colegio, algunos que tal vez eran de algún sector de allí cerca”.
Las horas transcurrieron y “Mafer” se desapareció. “No me recuerdo bien, pero uno de esos chicos nos habló, luego se acercaron sus amigos y uno de ellos me separó de mis amigas y llevó afuera de la casa. El muchacho se miraba tranquilo, estábamos hablando en una banqueta”. “En un instante apareció un carro y allí intentaron abusar de mí”.
Forcejeo y gritos, lo que era una noche de alegría se convirtió en tragedia. “En el vehículo había dos hombres, uno de ellos trató de ingresarme a la fuerza y el que hablaba conmigo empezó a desvestirme. En un instante sentí que me iban a violar”. “Una persona vio los hechos y se acercó junto a otros cuatro hombres, uno de ellos tenía pistola e hirió a uno de los violadores. Si ellos no hubiesen llegado, la historia sería otra”.
Meses de trauma psicológico y siete años para contarle al mundo su historia. “Mafer”, ahora a sus 24 años de edad, es de las pocas mujeres que se salvan de una violación en el país. “Uno queda con secuelas y varias dudas ¿por qué a mí? ¿Soy una mala persona? Miles de preguntas surgen, pero con fe y ayuda uno logra salir de este problema. No es fácil, pero la vida me dio una segunda oportunidad, me enseñó a ser más precavida y no confiar en las personas”. “Yo no le deseo a nadie un intento de violación o una violación”
INACIF
Durante los primeros 6 meses de 2019 el INACIF ha realizado 4,186 evaluaciones clínicas por delitos sexuales en el país. De esa cantidad 2,689 han sido evaluaciones clínicas realizadas a menores de 18 años de edad.
La mayor cantidad se encuentran entre las edades de 10 a 14 años con 1,281 evaluaciones clínicas. Luego, le siguen las edades de 15 a 17 años con 720 evaluaciones y por último las edades de 1 a 9 años con 688 evaluaciones clínicas.
Los departamentos con más evaluaciones por delitos sexuales son Guatemala con 1065 víctimas, Escuintla con 324, Alta Verapaz con 273 y Quetzaltenango con 272 víctimas.
