Conocido como el Señor de la Capilla o de las Ánimas, la iglesia estuvo ubicada en principio, en un extremo de la 10ª. calle de la zona 1. Sin embargo, este edificio fue dejado para construir otro, que se construyó hacia el lado de la avenida Elena. Estaba a punto de estrenarse cuando fue destruido por el terremoto de diciembre de 1917. En 1925 se colocó la primera piedra del nuevo templo, pero no en el emplazamiento original, sino en el predio que había servido de ingreso al cementerio del San Juan de Dios, sobre la 1ª. avenida y 11 calle.
Antonio o hermano Tono, como lo conocen en la parroquia, lleva más de 30 años de asistir al templo que considera como su casa. Ante la imagen de Jesús de las Misericordias, cientos de personas acuden a pedirle de rodillas por la sanación de algún familiar que tienen en dicho centro asistencial, asimismo, para agradecerle.
Una historia que se maneja entre los feligreses, es que en 1911 una señora lloraba inconsolablemente ante el Señor de la Capilla la muerte de su hijo, rogándole al Señor que le devolviera al menos a su otro hijo, que se encontraba encarcelado. Su sorpresa fue que al regresar a su casa encontró a su hijo, liberado. Desde entonces, le ofreció rezar por siete lunes al crucificado y le llamó Señor de las Misericordias.
A raíz de este milagro, se inicia la devoción de los siete lunes y el apelativo con el que se le conoce a la milagrosa imagen hasta la actualidad.
“Mi Señor de las Misericordias me ha sanado de muchas cosas, por ello venero desde hace muchos años. Siempre crecí en el seno de una familia creyente, pero conforme fui creciendo me alejé. En 2001, a mi mamá le detectaron cáncer; fue una situación desesperante porque el doctor ya nos había dicho que no viviría mucho tiempo”, cuenta Ana, feligrés del referido templo.
“Se me da por entrar a la capilla y cuando vi los ojos de Jesús, fue como una espada que entraba en mi corazón; le pedí que salvara a mi mamá. Iba todos los días a pedirle por el milagro, y cuando mi mamá fue nuevamente al doctor, el cáncer estaba controlado”, relata.
Sanaciones y milagros extraordinarios se le atribuyen al Señor de las Misericordias, y como el caso de la mamá de Ana hay muchos otros.
“Yo pasé sin trabajo mucho tiempo y recuerdo que mi mamá me decía que le pidiera al Señor de las Misericordias para que me ayudara, y me lo concedió; al poco tiempo logré encontrar un trabajo”, comenta Carlos.
El 26 de marzo de 2000, tercer domingo de Cuaresma, el obispo auxiliar monseñor Mario Ríos Montt lo consagra en una solemne ceremonia. Luego se realiza una procesión extraordinaria por las calles del centro histórico de la capital. Esta imagen únicamente ha sido sacada en procesión en siete ocasiones: 1918, 1933, 1962, 1975, 1983, 2000, y la última vez en 2008.
Tesoros del templo
En 2016, se logra traer una reliquia de Santa María Faustina, religiosa y mística polaca, apóstol y difusora de la devoción a la Divina Misericordia.
Además, en sus costados cuenta con una serie de vitrales, donde se aprecia a los apóstoles y diferentes pasajes de la Biblia.