Por Raquel Müller y Cristian Ramírez.
Recordada con amor por sus amigos, como un alma viajera y quien captaba en sus redes sociales escenarios mágicos por el mundo. Durante seis meses, Catherine Shaw, una mochilera británica de 23 años, decidió emprender una larga travesía. Siempre llevaba su característica sonrisa, “buenas vibras” y su espíritu libre para disfrutar a plenitud en cada sitio turístico que visitaba.
India, México, Estados Unidos y Australia fueron algunos de los destinos de su mágico recorrido, con sus amigos que compartían su gusto por los viajes. Entre sus acompañantes se encontraba Elena Consolini, quien cruzó varios países con Catherine y se sumó a una aventura más junto a ella: Guatemala.
Poco registraron las redes sociales de Catherine por su último destino. En cambio, mostraba fotografías de otros países, de un picnic en las solitarias playas o la alegría de llegar al pueblo más alto del mundo conectado por carretera en la India. “En esos sitios me doy cuenta de lo pequeño que son mis problemas”, se leía en las descripciones de sus imágenes de Instagram.
Las posesiones materiales disminuían y aumentaban las experiencias con el paso del viaje. Elena afirmó que al llegar a Guatemala Catherine solo portaba dos pequeñas bolsas, porque en el pasado, se deshizo de lo que llevaba. Al final, se quedó con poca ropa, su pasaporte y el teléfono, algo de cristal y herramientas para elaborar artesanías.
Elena y Cat, llamada así por sus seres queridos, visitaron Sololá y en ocasiones se separaban para realizar diferentes actividades, pero jamás se imaginaron la tragedia que ocurriría.
Las amigas se hospedaron en el Eco-Hotel Mayachik, en San Juan La Laguna. “Ese día (4 de marzo) yo subí al mirador Nariz del Indio, no la vi durante el día y regresé muy tarde. En la noche la noté triste, no hablamos mucho, pero tocamos música. Luego, me dormí, mientras todavía la escuchaba. Cuando desperté, ya no estaba, supuse que se había ido a caminar o a subir alguna montaña”, relató Elena en sus redes sociales.
Las horas se convirtieron en días y Catherine no volvía de su paseo. Elena no perdía la esperanza, pues quería creer que su amiga viajera continuaba haciendo lo que más le gustaba y prefirió buscar nuevas aventuras por su lado. En sus redes sociales publicó: “Si estás en Guatemala o Centroamérica, Cat podría estar pidiendo aventón a los carros, permanecer en la carretera o dirigiéndose al mar. Nos imaginábamos los arcoíris de Colombia, por lo cual existe la posibilidad que esté viajando hacia el Sur, o al océano, ella lo ama”.
Después, Elena buscó ayuda y avisó a las autoridades, así inició la búsqueda de su paradero.
“Mándale amor, tal vez estás lejos y no sabes qué hacer, pero cada acto cuenta. Quizás en este momento estás prendiendo una fogata y pensando en ella, entonces envíale mensajes positivos”.
Elena no era la única que buscaba a Cat. Sus amigos realizaron una campaña masiva en las redes sociales para encontrarla, mientras sus padres publicaron un emotivo video, en el cual le pedían que se comunicara para saber que estaba bien y feliz. “Por favor comunícate con nosotros, te necesitamos en casa”, decían.
Catherine fue encontrada muerta el 11 de marzo cerca del cerro Rostro Maya, en San Juan La Laguna. Según un reporte preliminar de las autoridades de la Policía Nacional Civil, se le había encontrado desnuda y boca abajo.
Por otro lado, los padres de la turista británica, Tarquin y Ann Shaw, afirmaron en un comunicado, por medio de la Fundación Lucie Blackman Trust, que “murió haciendo lo que amaba” y no descartaron que la causa de la muerte de su hija haya sido un accidente.
“Mientras no sabemos los hechos completos ni la información oficial de la investigación, el dolor de la familia se agrava cada vez que se hacen publicaciones con especulaciones sobre violación y asesinato”, describía el comunicado.
Las investigaciones continuaban y las teorías sobresalieron
Luego de que se encontrara su cuerpo, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala (Inacif) y el Ministerio Público (MP) revelaron que la muerte fue provocada por una hemorragia subaracnoidea, debido a un trauma craneoencefálico. Murió a causa de una hemorragia derivada de un golpe en la cabeza, con un tiempo estimado de muerte de cuatro a seis días.
Cuando se reveló la causa de su muerte, surgieron las teorías sobre la muerte de Catherine. Según la BBC, la Policía Nacional Civil especula que la turista británica habría tenido un accidente y provocó su caída en un barranco.
Aunque aún no está claro sobre lo que sucedió desde la noche que desapareció hasta el día que fue encontrada y mientras avanza la investigación; será recordada por su familia y sus amigos como la joven con la gran sonrisa, la más generosa, genuina, divertida y de espíritu libre. Aquella que entre sus fotos de redes sociales guarda momentos únicos, en una de sus imágenes describió: “Una buena vida no es un lugar al que llegas, sino es el lente por el cual miras y creas tu mundo”.
