Este domingo, la Hermandad de La Merced de Antigua Guatemala denunció en sus redes sociales oficiales un acto de vandalismo. Durante la noche del sábado recién pasado, unos “bandidos le arrancaron la cabeza a una de las imágenes de la fachada principal” de dicho templo colonial.
En las fotografías se aprecia la figura decapitada, mientras que en el suelo hay más restos de la escultura y ripio. Se trata de la efigie de Santa María de Cervelló, primera religiosa de la Orden de La Merced.
La escultura se encuentra en uno de los nichos del templo, que se halla a unas cuadras del Parque Central de Antigua Guatemala. Su tono amarillo y arquitectura lo han convertido en uno de los lugares turísticos y religiosos más visitados.
Las reacciones por parte de los guatemaltecos, incluso de personas no religiosas, no se hicieron esperar. Usuarios repudiaron el “infame acto de vandalismo”, con el argumento de que se trata de patrimonio cultural y debe ser respetado.
“Ni siquiera los terremotos lo hicieron. Es vandalismo en Antigua Guatemala”, repudió el historiador Miguel Álvarez Arévalo.
“Más respeto y educación para valorar el patrimonio que posee Guatemala, ya que es herencia y parte de nuestro legado histórico y cultural. Seamos partícipes de una sociedad que vela por su conservación”, resaltó el arquitecto y urbanista Elliott Bonilla.
Algunos usuarios responsabilizan del acto a alguna persona en estado de ebriedad o bajo efectos de drogas. Argumentan que en los alrededores del templo existen varios establecimientos, en los que se comercializan estupefacientes y licor.
Como solución, otros consideraron recomendable que las iglesias cuenten con cámaras de vigilancia y barrotes de hierro en todas sus esculturas.
¿Qué indica la ley?
El hecho puede ser denunciado en el Consejo Nacional para la Protección de Antigua Guatemala (CNPAG) o la Fiscalía de Delitos contra el Patrimonio Cultural de la Nación, en el Ministerio Público, ya que existen leyes que protegen el patrimonio cultural del país y de la ciudad colonial.
El artículo 44 de la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural de la Nación, respecto a la depredación de bienes culturales, establece:
“Al que destruyere, alterare, deteriorare o inutilizare parcial o totalmente los bienes integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación, será sancionado con pena privativa de libertad de seis a nueve años, más una multa equivalente al doble del precio del bien cultural afectado”.
La Ley Protectora de la Ciudad de Antigua Guatemala también sanciona estos hechos. El artículo 33 expresa:
“Quien destruye, deteriore, dañe o transforme los bienes protegidos por esta ley será responsable de delito contra el Patrimonio Cultural de la Nación y sancionado con pena de seis meses de arresto mayor a cinco años de prisión correccional, según la gravedad del caso, la forma en que se hubiere cometido y atendiendo a la importancia del bien destruido, deteriorado o dañado. Dicha pena será conmutable en su totalidad y llevará como accesoria la reparación del mal causado y el pago de los daños y perjuicios correspondientes”.
En el artículo 34 se lee:
“Quien por imprudencia o negligencia destruya, deteriore o dañe los bienes protegidos por esta ley, será castigado con la mitad de la pena que correspondería imponerle conforme el artículo 33”.
En el artículo 35 se lee también:
“Los procesados por el delito a que se refieren los artículos anteriores, no podrán ser excarcelados bajo fianza mientras no hayan garantizado en forma suficiente a juicio del Consejo para la Protección de Antigua Guatemala, el pago de los gastos necesarios para que el bien destruido, deteriorado, dañado o transformado sea restituido a su forma original, así como para cubrir los daños y perjuicios correspondientes. En todo proceso de esta naturaleza, será parte el Conservador de la Ciudad”.
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Un templo colonial
La construcción de la iglesia y su convento estuvo a cargo del arquitecto Juan de Dios Estrada, desde 1749. La obra fue finalizada en 1767, seis años antes de los terremotos de Santa Marta.
Debido a las técnicas de construcción de la época, el templo sobrevivió sin daños mayores a los terremotos y hasta la actualidad.
La Orden Mercedaria llegó al país desde la época de la Colonia, con la llegada de Fray Marcos Dardón junto a conquistadores españoles.
Los mercedarios se asentaron en el Valle de Almolonga, pero debido a la inundación del Volcán de Agua se trasladaron al Valle de Panchoy.
Al momento de esta publicación, no existe un pronunciamiento oficial por parte de la Municipalidad de Antigua Guatemala ni el CNPAG.
La Hermandad solicitó a usuarios y vecinos, que tengan información sobre los responsables, comunicarse de inmediato a su página de Facebook.
Fotos: Hermandad de La Merced de Antigua Guatemala, Facebook de Elliott Bonilla.