El pasado 14 de diciembre se desarrolló un operativo en la zona 1 de la ciudad de Guatemala, con el fin de capturar a una persona que vendía de manera ilegal silbadores o como los conocemos en el país, canchinflines. La investigación inició cuando en una página de Facebook una persona ofrecía estos productos, por lo cual los agentes simularon ser compradores, que dio como resultado la captura de Antonio Elías Grave.
Pese a que la información se hizo viral en las redes sociales, la venta no se detuvo.
Incluso, se publicaban mensajes en los cuales las personas señalaban que cerca de sus casas los vecinos quemaban los silbadores.
Cristian Palacios vende estos productos en sus páginas sociales.
“Los vendo para recordar nuestra la niñez, para que la gente reviva la adrenalina, no para quemar casas. Además, muchos ya no viven en covachas, por mi zona no he visto ninguna”. Cristian Palacios
La venta de estos productos quedó prohibida cuando el Congreso de la República por medio de un acuerdo legislativo prohibió su comercio. Esto, por el peligro que se corría en el momento de quemarlos.
Sin embargo, para Cristian no es solo para recordar su juventud, sino también para ganar un ingreso extra. Antes, la caja de silbadores no costaba más de Q25, ahora la de 100 vale Q90.
“Lo vendo caro, porque hay que traerlo de otros lugares, donde se pasan muchos peligros. Hace poco capturaron a alguien por venderlos, entonces es como la droga, como es ilegal es más costosa”. Cristian Palacios.
Según la DIACO continuará con el operativo Belén para seguir la búsqueda de las personas que comercializan los silbadores y así dar cumplimiento a la ley.
Mientras tanto, Cristian continúa la venta, eso sí, solo lo distribuye a las personas más cercanas y a quienes lo contactan por Facebook. Después envía a un mensajero para poder entregar la mercancía.