“Uno entra confiado, porque se supone que es un lugar seguro, no se imagina que puedan suceder robos”, dice Alberto Vidal. A principios de noviembre, él asistió junto con su novia a la Sala de Cine del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, pagó Q15 quetzales de parqueo y cuando salió vio que abrieron su carro.
“Solo se llevaron mi billetera con Q200, pero eso no es justo”, expresa Alberto.
También, la producción de Otros 4 Litros publicó en sus redes sociales sobre el robo del que había sido víctima una familia. En el post dice: “Su vehículo fue violentado en uno de los estacionamientos de dicho Centro Cultural y a la vez se sustrajeron pertenencias de valor. El vehículo estaba estacionado frente a una cámara de seguridad, pero se nos informó que ninguna de las cámaras funcionan y que además el personal es muy poco para cubrir un área extensa como lo es dicho lugar. Según se nos dijo, el cobro de Q15 solo es por parqueo y no por brindar seguridad”.
Otro usuario de Facebook, identificado como Luis Ortiz, también denunció el atraco que sufrió. “En junio de este año, me abrieron el carro cuando asistí a ver un evento de danza folclórica y a la Orquesta Sinfónica Nacional. Y solo dijeron que ese día, junto con mi carro abrieron otros nueve”.
“Fuimos a ver el Lago de los Cisnes con mi novia y cuando salimos vimos que el vidrio del carro estaba roto. Me robaron una mochila con ropa y zapatos y me tocó reparar”, cuenta Antonio Paiz.
El Centro Cultural Miguel Ángel Asturias fue fundado en 1973.
El director del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, Douglas Agustín Vásquez, quien lleva aproximadamente tres semanas en el cargo, indica: “Es un problema complejo y añejo”. “Desde el día uno de mi cargo, nos reunimos con la Comisaría 11 de la PNC, para pedir apoyo interinstitucional, pidiendo la presencia de agentes cuando se realicen eventos”.
“Las denuncias en las redes sociales nos alertan para implementar acciones, sin embargo el tema es tan complejo que solicitamos ayuda a nivel ministros. En este caso, acudimos al Ministerio de Gobernación”, menciona Vásquez.
Los vigilantes
En el Teatro Nacional se cuenta con la presencia de 16 personas encargadas de vigilar el lugar. “Sin embargo, las normativas de contratación bajo las que trabajan les condicionan a ser vigilantes, es decir, que no pueden usar armas y que su trabajo no va más allá que el de vigilar. Además, por la extensión del lugar hay muchos puntos ciegos que no les permite cubrir”, expresa el director.
Estos vigilantes son parte del Ministerio de Cultura.
Los usuarios dicen que “es una pena que algo tan simbólico de nuestro país sea víctima de vandalismo” o “si a la gente no le gusta ir al teatro, mucho menos ahora que abren los carros”. Ante esta situación, se implementarán nuevos protocolos de seguridad con la presencia de agentes de la PNC.
¿Crees que estas acciones de robos representen una pérdida para el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias?