Panchito, el gato que se robó los corazones en el albergue de Palín imagen

Los niños albergados jugaban con él, mientras que los voluntarios, no podían evitar encariñarse con el felino.

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Entre la tristeza y la desesperación que dejó la tragedia del Volcán de Fuego, ocurrida el 3 de junio de este año, las historias de valentía y perseverancia dieron una señal de esperanza a las familias. Tampoco faltaron los relatos de mascotas y animales salvando vidas. Pancho, un gato gris con negro, es uno de esos amigos peludos que alegraron la vida de cientos de albergados en Escuintla.

Casi inmediatamente después de la tragedia, el Instituto Nacional de Educación Básica (INEB) de Palín se habilitó como albergue para los guatemaltecos que fueron evacuados de las zonas aledañas al volcán. Unas 186 personas sobreviven todavía ahí gracias a las donaciones. Pero, entre el dolor, el gato Pancho regalaba a los voluntarios y albergados momentos de paz y alegría.

El felino apareció de la nada un día en el instituto. Le gustaba cazar los ratones que aparecieron con la gran cantidad de comida que llegaba para donación. La mayor parte del tiempo, se la pasaba durmiendo, acicalándose y correteando con los niños. “Le vamos a cortar los bigotes”, decía un niño mientras intentaba sin éxito atrapar al animal.




Era un gato regalado. Se dormía en los brazos de cualquier voluntario que lo cargaba. “Él ahí vivía y se estuvo todo el tiempo en el albergue cuando llegamos”, comentó don José, quien se encargaba de cocinarles a las personas. Pronto, la Municipalidad de Palín entregó a la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente (SOSEP) el control del albergue y el acceso quedaba limitado.

Nadie, más que los albergados, sabía si Panchito, como le llamaban de cariño, seguía vivo. “Sí anda por ahí, pero nadie se hizo responsable de él. Anda de arriba para abajo, cazando y comiendo con otros gatos”, relató Edvin García, del área de comunicación de la municipalidad. Don José comentó que ya no vive en el albergue. “La gente jugaba con él, pero ya no le dieron cariño ni comida y se fue”, agregó.

Lo único que quedaba de Pancho eran fotografías que los voluntarios se tomaron con él, así como otras que ahora decoran las oficinas de la Municipalidad. De vez en cuando, es visto caminando cerca del lugar buscando ratones y correteando.

Un recuerdo de Panchito

Además de trabajar en la Municipalidad, Edvin García es un fotógrafo profesional que se dedica a retratar las tradiciones y rostros de Palín. Sus fotografías del gato se hicieron famosas en redes porque más de alguien, se había enamorado del felino.




Mientras la reunión entre las autoridades se llevaba a cabo, Panchito dormía tranquilamente en un colchón ubicado en un rincón del instituto. “Estaba cubriendo la actividad y veía que él no molestaba a nadie y tampoco lo miraban”, expresó García.

Ahí, mientras todos alrededor se ocupaban de sus asuntos, Pancho estiraba las patitas, se limpiaba las orejas, bostezaba, cerraba los ojos sin importar el ritmo del mundo, su ritmo era su mundo.  Descripción de la galería fotográfica.

Mira la sesión completa aquí.

El fotógrafo contó que una de las razones para hacerle una sesión de fotos fue porque “estéticamente, sus colores gris y negro combinaban muy bien con el fondo y el colchón donde dormía”. “Me acerqué a acariciarlo. Cada vez que lo tocaba se movía y ponía en una pose diferente, como si me estuviera esperando. Fue una conexión muy bonita”, relató García.

En cada foto, Pancho cambiaba de pose. “Tenía una gracia especial, en ese tiempo era un gatito muy dulce y cariñoso, más de lo normal en los gatos. Era una ternura”, agregó. Ahora, las fotos se encuentran colgadas en su pared como un recordatorio de la paz que los animales transmiten en los desastres.

La tragedia que cambió vidas

El 3 de junio, una erupción del Volcán de Fuego sepultó bajo materiales piroclásticos varias aldeas de Escuintla como San Miguel Los Lotes. El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) ha identificado a 185 víctimas mortales de la tragedia. La institución continúa reconociendo personas todavía.




Además, el desastre hizo que más de 1 mil 300 personas fueran reubicadas en albergues. La erupción afectó a 1 millón 702 mil 130 guatemaltecos, según datos de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred). Actualmente, los albergados del INEB continúan viviendo ahí, como muchas otras personas en otros albergues.

Perros, gallinas, gatos y más mascotas fueron rescatados de la zona del desastre, mientras que miles quedaron sepultadas. Sus historias conmovieron las redes sociales.

Fotos: Edvin García (@zzfotoh en Instagram)

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