En 2014, la orden vino desde la más alta instancia de la Iglesia Católica, orden y transparencia, era lo que el Vaticano quería de su rebaño. Los escándalos de corrupción, pederastia y la participación de la iglesia en negocios poco ortodoxos motivaron el cambio.
Y Guatemala no quedó exenta de este proceso. Aunque en el país poco o nada se sabe sobre abusos de menores, a manos de sacerdotes, uno de los nichos operativos de la organización tiene sombras muy negras.
Fue así como el entonces arzobispo metropolitano, Óscar Julio Vian Morales (QEPD), emprendió una cruzada contra las hermandades. “Hay que hacer las cosas transparentes y entregar cuentas claras”, dijo el fallecido.
Al llamado del entonces arzobispo, cuales coros celestiales, la dirigencia de las hermandades asintieron. Uno de ellos fue Alfonso Ramírez, de la hermandad de la Recolección y entonces coordinador de la Pastoral de Religiosidad del Arzobispado de Guatemala (célula que agrupa a unas 40 hermandades del departamento de Guatemala).
“Tiene el total respaldo y apoyo monseñor sobre las auditorías”. Ramírez
Todos estaban dispuestos a ordenar sus finanzas, sus procesos de elecciones de juntas directivas, en fin, todo lo relacionado al manejo de fondos, que en algunas hermandades supera el Q1 millón. Fondos que provienen de la venta de turnos procesionales y actividades que realizan las organizaciones para financiar sus operaciones.
Muerto el gallo, se acabó la peste
Pasaron los días, semanas y meses. La solicitud de Vian fue acogida y aparentemente un proceso de reforma se gestaba al interno de las hermandades.
Pero no todo lo que brilla es oro. Miembros de hermandades como la Merced y Santo Domingo, unas de las que cuentan con mayores recursos, aseguran que los directivos de muchas se resisten al cambio.
“El pedido de Vian les entró por un oído y les salió por el otro”. Miembro de la hermandad.
Según los feligreses, las directivas de las hermandades son como clicas. “Se quieren agarrar del hueso y no soltarlo”.
Y no es para menos, las entidades manejan de forma discrecional millones de quetzales y nadie los fiscaliza o “les cuenta las costillas”.
Un caso emblemático se registró hace un par de años en una acaudalada hermandad y que fue del conocimiento de muchos católicos. Donde varios cientos de miles de quetzales fueron utilizados, discrecionalmente por un miembro de la directiva y cuando todos se dieron cuenta el dinero no estaba.
“Los fondos de la hermandad se convirtieron en un carro, una casa y obras de arte para mantener alegre al objeto del afecto del directivo”. Miembro de la hermandad.
Entre tanto, la enfermedad se apoderó del cuerpo de Vian. Sus apariciones fueron más esporádicas hasta que hace siete meses murió.
Para los directivos de más del 90 por ciento de las hermandades de la arquidiócesis, la muerte de Vian dejaba bajo tierra el mandato de “hacer las cosas transparentes y entregar cuentas claras”. Para José Luis Colmenares, sacerdote de la catedral, muchos creyeron que con su muerte se había acabado el proceso.
Pero no, lo dicho por Vian seguía tan vigente como el día en que emitió el edicto. Y era el pasado 31 de mayo que todas las hermandades debían presentar sus proyectos con las modificaciones que dejó establecida Vian, a petición del Vaticano.
Pocas fueron las que honraron la voluntad de Vian y el mandato del Papa Francisco. “Menos de una tercera parte, se estima que cumplieron”, asegura el prelado. Para que se pusieran al día se les dio un periodo de gracia (60 días) y de no cumplirlo habrá sanciones.
1. Los nombres de quienes incumplan se enviarán a Gobernación Departamental y las Municipalidades correspondientes.
2. Se desconocerá su actividad como parte de la Iglesia Católica.
3. No podrán realizar cortejos procesionales (principal fuente de ingresos).
4. No podrán organizar actividades dentro de los templos (iglesias).
Hoy, las hermandades que se niegan a hacer cambios en su funcionamiento, procesos electorales, cobros y manejos de recursos hacen más evidente lo cuestionable de su proceder. Vian está muerto, la iglesia atraviesa una de sus peores crisis y en Guatemala los hermanos con una mano firme en el rosario y la otra en las finanzas de la hermandad.