Los pequeños soldados de las pandillas
Apenas mudan sus dientes y ya les enseñan a matar. A recoger las armas, cobrar la extorsión y vigilar cuando la policía se acerca al área.
También a transportar la droga en mochilas.
Son niños y niñas, entre los 10 y 14 años de edad, como tus hijos o tus hermanos pequeños, solo que a diferencia, ellos son engañados, obligados o invitados a formar parte de las pandillas como si se tratara de un ejército que recluta soldados para sus filas.
Al principio les ofrecen premios. Un celular, tenis, dinero y después los convierten en sus ojos y sus servidores en las calles.
Ser niños los hace valiosos para las pandillas porque van a donde sea y la policía no los puede detener.
Después de cuatro meses en el puesto de chequeo. Toca el bautizo.
Sus manitas apenas pueden levantar el arma que les enseñan a usar para disparar a quien quieran, incluso a quien no paga extorsión o a uno del bando contrario.
Y así es como también se ganan su apodo.
Los niños son quienes cobran ahora la extorsión a diario por órdenes de los jefes y semanalmente lo entregan al líder de la pandilla.
Quien no lo hace lo matan.
A las niñas se les recluta con otro fin. Para entregar los teléfonos en las extorsiones, ingresar drogas, armas o celulares vaginalmente a prisión.
Las prostituyen.
Los líderes de pandillas reclutan de muchas formas a niños y niñas. Mandan solicitudes en Facebook.
Desde la cárcel miran los perfiles de los adolescentes.
Es de esta forma como los niños y niñas son utilizados por las pandillas para tener su propio ejército.
Y salir de allí no es una opción. De allí solo se sale muerto.
Fuentes: MP, PNC, DIPANDA