El resultado ha sido entre 30 y 60 muertos, algunos desaparecidos solo por luchar para que los derechos sean respetados. Nicaragua ha pasado tiempos difíciles desde que comenzaron las protestas contra su presidente Daniel Ortega. Sin embargo, algunos centroamericanos buscan trasladar un mensaje de paz por medio del deporte y un largo viaje.
Así es como Andrés Fonseca comenzó una peregrinación hasta Nicaragua para demostrar que no importa quiénes seamos, podemos empezar un cambio. Tras las noticias de las sangrientas protestas, ideó cómo trasladar un mensaje de paz y solución hasta el medio de los conflictos entre el Gobierno nicaragüense y el pueblo utilizando su bicicleta.
“En Guatemala, prácticamente nos quedamos quietos en cuanto a la terrible situación que pasan los nicaragüenses. Yo no me quería quedar con los brazos cruzados y con mi esposa decidimos hacer la peregrinación Resistencia Centroamericana”, afirmó Andrés.
Un largo trayecto
Un comienzo casi solitario. Solo aquellos que realmente estaban preocupados por la situación de Nicaragua asistieron al comienzo de la peregrinación en el Obelisco de la zona 9 capitalina, pero que no superaban las 10 personas.
Durante el trayecto en Guatemala, uno que otro valiente en carro se atrevía a seguir a Andrés y algunos ciclistas por tramos del trayecto. Sin embargo, al cruzar la frontera de El Salvador, la compañía creció. De las pocas personas que empezaron, el grupo se incrementó y algunos se trasladaron a más de 100 kilómetros solo para acompañar al grupo por Centroamérica.
Guatemaltecos, salvadoreños, hondureños y nicaragüenses, que volvían a su país para transmitir el mensaje de paz de esta peregrinación, se unieron para demostrar que “las barreras son imaginarias, ya que Centroamérica debe estar unida para momentos tan difíciles”, comentó Andrés.
Sin importar que el grupo se disminuyera de miembros, mientras se acercaban a la frontera entre Honduras y Nicaragua, llegaron a El Guasaule. A su llegada los esperaban muchos, entre ellos, oficiales de aduana.
Parece que Ortega no quiere el mensaje
“Armados” con banderas de diferentes países y bicicletas, Andrés y su grupo logró alcanzar el borde del país. Frente a la frontera, más de 20 agentes policiacos de la aduana les dieron la bienvenida. Sin embargo, esta se tornó agridulce cuando algunos de los oficiales empezaron a discutir que ya tenían órdenes de no dejarlos ingresar. “Tomaron los papeles de todos y pasaban varios minutos hasta que regresaban. Luego, llegaba otro oficial y le mencionaba a los oficiales que ya habían negado la entrada, que debían esperar para revisar bien la situación, así que volvieron a tomar nuestros papeles y esperamos otro buen rato”.
Andrés no olvidó la razón por la que viajaron más de 600 kilómetros. A pesar de todos las excusas que los oficiales de aduana le daban, ya contaba con un plan B por si no lo dejaban entrar. Algunos ya lo esperaban para poder trasladarlo a un lugar donde quedarse antes de emprender camino de regreso a Guatemala. Sin embargo, él decidió no dejar el lugar sin un mensaje a Centroamérica tras su aventura ciclística.
Con un video insistió que las fuerzas armadas de Nicaragua “deben recordar que antes de deberse a un partido político, su razón de existir es el resguardo de la integridad y vida de su gente. Se los dice un chapín común y corriente, que recorrió cientos de kilómetros y que dejó a su bebé de ocho meses, responsabilidades laborales, entre muchas otras cosas para enfrentar un camino incierto, lleno de amenazas, hacia un destino donde se daban decenas de muertes, capturas y desapariciones”.
¿Qué piensas de este tipo de iniciativas?
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Fuente:
Resistencia Centroamericana