Cáncer de hígado, el padecimiento del arzobispo Vian
Monseñor Óscar Julio Vian está enfermo. Un cáncer de hígado aqueja al prelado de 71 años.
Su vida depende de que resista el tratamiento oncológico al que se somete.
Por eso ya no hay más apariciones en las homilías.
Vian ocupa el Arzobispado desde 2010. Y más que un sacerdote polémico, él es un prelado sincero, que dice las cosas como las piensa, sin importar si se trata de encarar al mismísimo Presidente.
“Vean cómo nos engañan con esos discursos”, dijo una vez frente a los fieles católicos.
“No soy corrupto ni ladrón”, “pero claro que uno no ha robado, pero uno puede ser ladrón de otra forma y ser corrupto de otras formas, entonces también en eso seamos cautos”.
Vian es egresado del colegio Don Bosco y tiene una trayectoria religiosa en países de Centroamérica donde ocupó cargos de director de colegios católicos.
Hoy, el sacerdote que fue ordenado Obispo Vicariato de El Petén por el Papa Juan Pablo II, enfrenta a uno de los peores cánceres que puede padecer el ser humano.
Las consecuencias de este tipo de mal son nefastas para quien lo padece si no se detecta a tiempo.
Pérdida de peso, de apetito, vómitos, agrandamiento del hígado, del bazo, dolor abdominal y coloración amarillenta de la piel y los ojos, entre otros.
Quien logra superarlo, tiene que cambiar radicalmente su vida al someterse a dietas y terapias oncológicas.
Vian es recordado porque siempre pone el dedo en la llaga y por eso es amado por unos, rechazado por otros.
Por ejemplo, por su posición frente al matrimonio gay, dijo que el matrimonio está entre “nosotros como un hombre y una mujer”.
“Uniones sí puede haber, pero matrimonio, creo que no deberíamos llamarlo porque es algo que veríamos muy mal”.
Hoy, su presencia está ausente en las iglesias, hacen falta sus palabras honestas, sus fieles rezan por él y sus días transcurren en un hospital.
Fotos: Medios de comunicación, YouTube
Fuentes: Arzobispado, Droguería Pisa.