Hacía bastante tiempo que no sabía nada de Magalí Stevez, una amiga que conocí en las clases de inglés. Desde que nos conocimos, me dijo siempre que ha creído en las supersticiones y el horóscopo. Era de las personas que compraba el periódico solo para saber lo que, según su signo, le iba a pasar.
Ella es Leo, según la página de Euroresidentes un “Leo es generoso, bondadoso, fiel y cariñoso. Es creativo, entusiasta y comprensivo con los demás. Les gusta la aventura, el lujo y la comodidad. Un leo disfruta con los niños, el teatro y las fiestas. También le motiva el riesgo”. Es la mejor descripción de mi amiga, excepto porque no le gustan los infantes.
En lo personal, nunca he creído en el horóscopo, las adivinaciones, o la lectura de manos, menos he visitado un centro espiritista. Pero, Magalí es otro asunto, parece dedicar gran parte de su sueldo a eso, ya que tiene un adivinador de cabecera (el hermano Noel), quien mensualmente le pasa la factura de unos Q2 mil ¡vaya negocio!
Y es que al platicar más a fondo sobre el tema descubrí que no son baratas las consultas, por una lectura de manos los precios van desde Q150 hasta Q500, dependiendo del lugar y de la persona que lo haga. ¿Y se cumple lo qué dicen? Magalí dice que la mayoría de veces sí, aunque cuando “fallan” se excusan de muchas maneras.
Para diciembre, se fue de viaje a New York con sus papás y trajo un kit de productos de belleza: laptop, Tablet, reloj, además del nuevo iPhone. La felicidad le duró poco, pues a inicios de enero alguien entró a robarse su equipo. Hasta la fecha no sabe quién.
Desesperada, acudió a un centro de adivinación y brujería, ubicado en la 21 calle de zona 1, si a simple vista el lugar le dio miedo, ella dice que por dentro “es peor”. En esos lugares, los brujos se hacen llamar “hermanos”, en esa ocasión fue el “hermano Dionisio”, quien la atendió.
“A la entrada del lugar se encuentra una manta con la Virgen de Guadalupe, luego unas escaleras que conducen a la recepción (o lo que parece ser) seguido por un cuarto lleno de inciensos y velas de colores. Hay imágenes de varios santos, al centro un hombre con una mesa donde tiene las cartas, detrás de él unos tarros llenos de diferentes cosas: café, anís, cardamomo, etcétera, todo el lugar cubierto por un olor que no se logra identificar”, expresa Magalí.
Magalí dejó su bolsa en un casillero y luego entró a su cita, la recepcionista le dijo “que se tomara su tiempo”. Cuando por fin estaba frente al brujo este “no parecía convencido de lo que hacía ni decía”. Le leyó las cartas y “la curó de la envidia”, mi amiga cuenta que “le pasó un huevo sobre su cabeza y le roció agua ardiente”, además le dio una piedrita roja para que se protegiera, porque el robo había sido causado por alguien que le hizo un “mal”.
No supo decirle con exactitud quién había sido, ella relata que duró una hora con él y que cuando salió le cobraron Q500 por la cita.
Todo eso no sirvió de nada, fue una estafa, la lectura de cartas le falló a Magalí, ya que al final ni encontró sus cosas ni supo qué había pasado. Después de unas semanas enojada, se dirigió a reclamarles y para su sorpresa el lugar estaba vacío.
Este no es el único caso que conozco sobre cuando las personas son “extorsionadas” por esos charlatanes, que se dicen llamar “guías de luz, brujos, adivinadores y maestros”. Nora, de 24 años, es la hermana de Magalí y por un mes sufrió de fuertes dolores de cabeza, por lo cual decidió consultar una bruja que encontró cerca de la Iglesia la Merced, quien le dijo que “una mujer morena le realizaba brujería y la quería ver en cama siete años”. Ante esto, la “hermana Liliana” (la bruja) le pidió Q10 mil para “curarla y alejarla de la muerte”.
“Esa vez me pidió mi anillo de graduación, me cortó un mechón de pelo y me dijo que fumara un cigarro. Luego, todo lo metió en una bolsita negra y me pidió que consiguiera tierra del cementerio”, cuenta Nora.
Y aunque todos estos personajes dicen “contar con la ayuda de Dios”, la iglesia se opone a estas prácticas, a las que el Papa Francisco, durante su visita en México, calificó como “estupidez” de confiar en los videntes y adivinos de todo tipo, quienes solo ofrecen “consuelos efímeros”, además de “falsas esperanzas”. Agregó que en el fondo solo se dedican a promover a los “ídolos” del dinero, el éxito, el poder y la belleza.
Cuántos charlatanes hay que solo quieren sacarle dinero a las personas a cambio de mentiras. ¿Cuántas veces se ha cumplido lo que dice el horóscopo? O este es un ejemplo más de cómo por dinero, los estafadores están a la orden del día.
“Magia es creer en ti mismo. Si puedes hacer eso puedes hacer que cualquier cosa suceda”, Johann Wolfgang, novelista alemán.