Luis Roberto Gutiérrez Soria es un atleta, de 34 años, segundo de tres hijos y especialista en el vuelo libre. Es guatemalteco y se enfoca en la rama de Ala Delta en la categoría Sport. Es ingeniero y dueño de algunos negocios, que le han permitido dedicar el tiempo a su máxima pasión, un deporte sobrecargado de adrenalina.
En 2011, viajó a Suramérica para conocer al menos 8 países. Su aventura comenzó en Brasil y finalizó en Perú donde supo qué es volar. Sentir el viento en el rostro, los nervios y la adrenalina que pueda generar este tipo de vivencias.
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Luis siempre ha sido un amante de los viajes y los deportes extremos, cada persona tiene una inclinación y la de este personaje es puramente la de un corazón que vive a mil por hora. Chowy, como se le conoce, es parte de un reducido grupo de pilotos, que actualmente practican el vuelo.
Aunque cada experiencia es única, los torneos tienen una marca especial. El reto de sumar puntos en el menor tiempo posible les acelera el pulso y, claro, aumenta los riesgos.
A lo que más le teme la gente es a la altura,
pero estoy seguro que al experimentar el vuelo, se enamoran del deporte.
El vuelo más largo de Gutiérrez duró 1 hora y 48 minutos. Lo vivió en Rabinal. El récord de vuelo en el mundo es de 17 horas. ¿Imaginas ser un ave durante tanto tiempo y con un paisaje tan bello como el de las Verapaces?
EL lado B del vuelo
Es evidente que en este deporte se corren varios riesgos y Luis ya fue víctima de ellos. Sufrió un accidente que lo dejó en cama durante un mes, pero ¿ustedes han amado algo tanto, que ni las peores situaciones los alejan? Exacto, eso pasó con este deportista. No dejó de practicar.
Cuatro guatemaltecos ocupan los mejores lugares del ranking mundial de la disciplina, incluso el primer lugar de la categoría Sport, Carlos Alvarado. Varios connacionales han salido de Guatemala a competir y otros han sido anfitriones de eventos mundiales.
Luis, también practica turismo de aventura, aunque no con la misma intensidad, pero sí en algo coincide con Ala Delta es que se siente libre, especialmente porque la nave no tiene motor y permite que el aire la maneje.
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La familia de Gutiérrez no está ligada con el deporte pero lo apoyan por completo. Saben que para Chowy estar a un kilómetro y medio de altura sobre el nivel del mar, es indescriptible.
También ha experimentado en el Soaring (vuelo alto) y recuerda con mucha picardía que reía con locura.
Su primer vuelo internacional
En julio pasado, Luis tuvo la oportunidad de viajar a México, en donde participó en un certamen internacional, por primera vez en su carrera. La ilusión, el anhelo y el compromiso de representar al país en esta disciplina le permitieron dejar un buen sabor de boca ante participantes estadounidenses, locales, colombianos y más.
Chowy es una persona que en todo momento disfruta de la disciplina. No solo en competencia sino por las amistades que esta le ha dejado. El compañerismo con el que conviven, la motivación de unos a otros, la paz interna, conexión con la naturaleza y como Luis es creyente, también un nexo con Dios.
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Como buen guatemalteco, Chowy vive la pasión al límite, no se rinde y busca nuevas metas que pongan en alto el nombre de Guatemala, deseando que nuevas generaciones se unan a esta extrema aventura.