El 15 de abril de 2024, Irán efectuó un histórico ataque directo desde su territorio contra Israel. Esta acción no solo buscaba afirmar la influencia regional de la Guardia Revolucionaria de la República Islámica de Irán, sino también demostrar la capacidad militar del país mediante el uso estratégico de misiles y drones. La Guardia Revolucionaria, creada hace 45 años para proteger el sistema islámico iraní, ha crecido hasta convertirse en una potencia tanto dentro de Irán como en la geopolítica regional.
Reacciones Mixtas en Irán
Tras el ataque, se observaron reacciones divididas entre los ciudadanos iraníes. En Teherán, partidarios del régimen celebraron en las calles portando símbolos palestinos, considerando la ofensiva como un acto de legítima defensa contra agresiones previas. Sin embargo, una facción significativa de la población expresó su desacuerdo. Críticos del gobierno argumentaron que la República Islámica no representa los verdaderos intereses y valores del pueblo iraní, subrayando un deseo generalizado de paz y estabilidad regional.
Consecuencias Económicas y Sociales
La preocupación por posibles represalias de Israel y sus aliados desató un estado de pánico en Irán. La incertidumbre llevó a los ciudadanos a acumular recursos, provocando largas filas en gasolineras y supermercados. La tensión también afectó la economía, como lo refleja la caída del valor de la moneda iraní frente al dólar.
Perspectivas de Escalada o Desescalada
A pesar de que la mayoría de los ataques fueron interceptados por defensas israelíes, el liderazgo iraní consideró la operación un éxito simbólico. El presidente Ebrahim Raisi señaló que no se planean más ataques, pero advirtió sobre respuestas contundentes a futuras agresiones. Esta postura sugiere una posible apertura hacia la reducción de tensiones, aunque la situación permanece altamente volátil.
Legitimidad y Disenso Interno
El régimen iraní enfrenta un dilema de legitimidad, agravado por el amplio descontento popular. Los gastos militares en el extranjero y la intervención en conflictos regionales han sido objeto de críticas por parte de una población que sufre las consecuencias económicas del aislamiento y las sanciones internacionales. Además, incidentes como la muerte de Mahsa Amini en 2022 bajo custodia policial han exacerbado las tensiones internas, mostrando la capacidad de movilización de los opositores al régimen.
En resumen, el ataque de Irán a Israel no solo es un reflejo de las estrategias geopolíticas en juego, sino también un espejo de las complejidades internas de Irán, donde el gobierno se enfrenta a la disyuntiva entre mantener su postura de poder regional y atender las crecientes demandas de su propia población por reformas y mejoras económicas.