La Canasta Básica Alimentaria (CBA) es un grupo de alimentos que constituye un mínimo necesario para satisfacer las necesidades energéticas y proteínicas de una familia. Esta debe suplir, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), las necesidades de 4.77 integrantes de un núcleo familiar y está compuesta por 34 productos que cubren un requerimiento energético de 2,262 calorías.
El costo de adquisición de estos 34 productos para septiembre fue de Q3,612.49, así lo determinó el INE en su informe mensual.
Para septiembre, no se registró un aumento al precio de la Canasta Básica, todo lo contrario, hubo una baja. Sin embargo, en ese último mes, el precio de la cebolla, las sandías y los plátanos bajaron; en la contraparte los precios del tomate, la papa y la piña subieron considerablemente.
Canasta Alimentaria bajó
El valor de la CBA durante agosto fue de Q3,629.62 y esta bajó Q17.63.
13 de los 34 productos tuvieron un alza y 20 se fueron a la baja. Solo un producto mantuvo su precio.
Canasta Ampliada bajó
El mismo caso ocurre con la Canasta Ampliada (CA) que tuvo una baja, con respecto a agosto de Q39.55.
El costo de adquisición de la CA de septiembre de 2020 fue de Q8,341.01.
La Canasta Ampliada (CA) detalla el conjunto de bienes y servicios que satisfacen las necesidades ampliadas de los miembros de un hogar. Esta incluye alimentación, vestuario, vivienda, mobiliario, salud, comunicaciones, transporte, recreación, cultura, educación, restaurantes, hoteles, bienes y servicios diversos.
Sin embargo y pese a las bajas, el ritmo inflacionario siguió subiendo y fue el más alto de todo el año, colocándose en un 4.97.
Pago de transporte pesa en la economía laburante
El producto que más encareció en el índice de consumidor fue el transporte, pues el urbano subió un 0.06 y el extraurbano un 0.17.
Productos como el tomate, el maíz y la papa bajaron considerablemente y eso permitió que la presión inflacionaria fuera menor. Por el lado negativo el transporte público aumentó de Q2 a Q6 en el transporte urbano y en el extraurbano subió, según la distancia, de forma exponencial, con lo cual su efecto fue negativo.
Los guatemaltecos que no tienen un automóvil o un medio de transporte personal son los que han tenido que pagar cinco y diez veces más por su transporte, según la distancia que recorran diariamente para trabajar y hacer sus compras.