Por: Cristian Ramírez y Juan José Muralles.
Según el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) hasta tres mil migrantes ingresaron al territorio guatemalteco en una caravana con rumbo a Estados Unidos. El grupo saltó los controles del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) y a las fuerzas de seguridad que se encontraban protegiendo el paso fronterizo entre Honduras y Guatemala, El Corinto.
Sin distanciamiento social, cumplir los lineamientos y requisitos para el ingreso al país, o pasar el control migratorio del pasaporte, el grupo de migrantes hondureños empezó la cruzada por Guatemala bajo una ruta incierta. Los migrantes hondureños tuvieron que esperar 6 meses para volver a emprender un nuevo viaje hacia el “sueño americano” y con la esperanza de poder cruzar las fronteras a pesar de la pandemia.
Según los lineamientos del MSPAS, las personas que deseen ingresar a Guatemala deben contar con constancia de prueba PCR o antígenos negativa por COVID-19 con una vigencia máxima de 72 horas. En el caso del control migratorio, se debe contar con pasaporte o con documento de identificación. Sin embargo, tras la gran aglomeración y el forcejeo entre migrantes y la policía guatemalteca y hondureña, solo 70 personas cumplieron los requisitos para entrar a Guatemala hasta que la caravana entró a la fuerza a territorio nacional según IGM.
Julia Barrera, portavoz de MSPAS, aseguró respecto al grupo de personas que no cumplieron con los lineamientos del Ministerio de Salud, que “preocupa el tema debido a que ingresaron sin cumplir con los protocolos establecidos por el Ministerio de Salud Pública. No obstante, las áreas de salud correspondientes están en un constante monitoreo y si fuera necesaria la atención en salud de alguno de ellos se la daremos como a todas las personas.” Sin embargo, no detalló cómo harán el monitoreo.
Dentro de la confusión y desorden en el punto fronterizo, autoridades de Migración confirmaron el fallecimiento de un migrante. Según Alejandra Mena, vocera del IGM, “de acuerdo con información que nos trasladaron, a las 11:00 horas aproximadamente, intentó subir a una plataforma en marcha, se resbaló, quedando debajo de la misma.”
La caravana comenzó su camino este miércoles 30 de septiembre por la noche, donde se contabilizaban al menos mil personas tomando rumbo hacia la frontera con Guatemala desde San Pedro Sula. Se formó con una convocatoria en redes sociales. La falta de empleos, la inseguridad y el difícil acceso a recursos vitales para cientos de familias provocó la idea de una nueva caravana migrante tan solo dos semanas después de que el Gobierno de Guatemala decidiera reabrir sus fronteras desde el inicio de la pandemia del COVID-19.
El Director General del Instituto Guatemalteco de Migración, Guillermo Díaz, declaró que podrían realizarse deportaciones “debido a que ingresaron de manera irregular.”
Debido a la situación vivida en la frontera de El Corinto, el presidente Alejandro Giammattei decretó el estado de Prevención en los departamentos de Izabal, Chiquimula, Jutiapa, Petén, El Progreso y Zacapa por los próximos 15 días. “Se ha dado la orden de que sean detenidos en territorio guatemalteco todos aquellos que hayan entrado ilegalmente y sean retornados a la frontera de su país” advirtió el mandatario. Giammattei también aclaró que se bloqueará el ingreso de migrantes por las fronteras del país si no cuentan con los requisitos de la prueba negativa de PCR o antígenos.
Crónica de un contagio anunciado
A pesar de que no se sabe por cuál frontera van a cruzar hacia México o la ruta que decidirá tomar la caravana, se conoce que la más transitada de los puestos fronterizos hacia tierras mexicanas es la de Tecún Umán en San Marcos.
Antes de la pandemia, las Casas del Migrante fungieron con una labor social importante para atender a los cientos de personas que buscaban cruzar el país entre caravanas y a aquellos cuyo paso se complicaba en los procesos migratorios. Para el coordinador de la Casa del Migrante en dicha frontera, Mario Morales, esta nueva caravana pone un riesgo la salud de todos los involucrados.
“Actualmente estamos atendiendo a 10 migrantes como máximo al día. Les damos hospedaje y comida siguiendo el protocolo de higiene establecido” aseguró Morales respecto a la forma en que trabaja la Casa del Migrante en la época del COVID-19.
Entre los protocolos está la desinfección de los migrantes, uso de gel, distanciamiento y el uso obligatorio de mascarilla en todo momento. “Si ellos quieren atención, comida y dormir en la casa, ya no pueden salir como antes. Antes salían, se iban y volvían a regresar y así se mantenían. Las condiciones no son las mismas. El que entra tiene que esperar dentro de la casa y hasta el otro día se va.”
– Mario Morales, coordinador de la Casa del Migrante de Tecún Umán, en el municipio de Ayutla, San Marcos.
La pandemia también afectó a este servicio y la manera de protegerse del coronavirus modificó la atención con los migrantes “Si dejamos que salgan y entren eso significa que debemos volver a realizar todo el procesos de desinfección y representan gastos”.
La caravana es un tema de suma preocupación, según Morales, pone en riesgo tanto la salud de los migrantes como de los empleados de la casa. “Estamos pensando que, si llega a pasar la caravana por este lado, no podremos hospedarlos”.
La Casa del Migrante en la frontera de Tecún Umán tiene capacidad máxima para albergar a 80 personas y antes de la pandemia el número ascendía a 500 migrantes esperando dentro de la casa para arreglar su situación migratoria.
Mauro Verzeletti, Director de Casa del Migrante de los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos, ubicado en la zona 1 de la Ciudad de Guatemala, aclaró por medio de un comunicado que no cuentan con “un espacio adecuado que garantice la salud y seguridad de las personas que se movilizan y de nuestro equipo, en esta ocasión no se brindará servicio de albergue.” Además, brindará kits de higiene, alimentación, bioseguridad básica y material impermeable contra la lluvia para los viajeros hondureños que pasen por la ciudad capital.
Tras entrar a una Guatemala que se encuentra en crisis económica provocada por la pandemia y sin los servicios de hospedaje que el distanciamiento social imposibilita, las opciones de una estadía segura para los migrantes disminuyen. Por otro lado, el riesgo de un incremento en los contagios, debido a que no fueron comprobados si hay personas que sean portadores o no de COVID-19 pone en jaque las acciones y medidas de las autoridades de migración, sanidad y gobernación. ¿Qué acciones debería tomar el Gobierno de Guatemala para evitar poner en riesgo a la población y a los integrantes de la caravana?