Han pasado cinco meses desde la última vez que los viajeros podían pasar por las aduanas del país y antes de que la industria del transporte aéreo cambiase por completo. La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), junto a las decisiones del presidente, Alejandro Giammattei, han propiciado un cierre total de los aeropuertos y atendiendo algunos vuelos humanitarios.
Mientras tanto, Costa Rica, Honduras, Belice, México y Estados Unidos ya tienen vuelos internacionales y los sectores turísticos funcionan de a poco, considerando el gran cambio de comportamiento que ha creado el COVID-19. Por otro lado, algunas aerolíneas también han tenido que tomar medidas para evitar más gastos por los constantes cambios de fecha de reapertura por parte del gobierno guatemalteco.
A pesar de ya contar con todos los protocolos para empezar con los vuelos seguros y que fueron entregados hace algunas semanas a las autoridades de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), el aeropuerto no ha concluido con sus protocolos de higiene y seguridad. Según fuentes dentro de las tour operadoras, la preocupación crece debido a que los protocolos no se han implementado en los últimos meses de cierre tras el 14 de marzo y la fecha de reapertura podría volver a cambiar.
Hasta el momento, Volaris e Interjet ya suspendieron sus operaciones en el país. En el caso de Volaris, será hasta diciembre su regreso para evitar seguir gastando en reprogramaciones, mientras que Interjet no ha definido un regreso definitivo no solo con Guatemala, sino con toda Centroamérica.
Por el momento, el monopolio de vuelos hacia México es Aeroméxico y preocupa a tour operadores por un posible aumento considerable de precios en los boletos aéreos. En el caso de las aerolíneas que tampoco han suspendido sus vuelos y que planean volver a tener rutas a Guatemala, la cantidad de vuelos bajó también. Algunas rutas hacia Estados Unidos como Miami o Houston, las cuales contaban con hasta tres vuelos diarios, pasarán a solo tres o cuatro vuelos a la semana.
Hasta el momento, se conoce que la reapertura del aeropuerto podría ser en septiembre según afirmó Giammattei, el pasado 24 de agosto y contempla la construcción de “un centro de salud en el aeropuerto con laboratorio para cualquier caso sospechoso de COVID-19 y que pueda ser tratado en el aeropuerto. La DGAC pondrá 10 plazas de enfermeras y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) tendrá los médicos. Tomará 15 días la implementación de este puesto de salud. A partir de la semana siguiente de la instalación estaremos pensando abrir el aeropuerto con protocolos”. Sin embargo, la fecha que se había anunciado a las aerolíneas por parte de las autoridades era el 1 de septiembre y volvería a cambiar tras las declaraciones del presidente de Guatemala.
El aeropuerto de Guatemala está en Tapachula
Otra de las quejas que resuena dentro de las agencias de viajes y las líneas aéreas y es la confusa solución para entrar al país por medio de la frontera de Guatemala con México. Actualmente, no se piden pruebas para el COVID-19 por medio de la aduana terrestre, por lo que muchos viajeros han aprovechado a volver a Guatemala por medio del aeropuerto de Tapachula.
Sin embargo, a diferencia de la aduana con México, donde no se están pidiendo pruebas para coronavirus negativas, una de las medidas que impondrán el Gobierno de Guatemala y las autoridades de la DGAC son contar con una prueba negativa de coronavirus con un máximo de 48 horas antes del viaje y volver a realizarse una prueba antes de partir del país. Según declaraciones de Edwin Asturias, jefe de la Comisión Presidencial contra la Emergencia del Coronavirus (Coprecovid), si los viajeros no pueden realizarse la prueba de COVID-19, tendrán que pasar cuarentena.
Junto a la dificultad de poder conseguir una prueba en Guatemala, los precios ascienden hasta los Q4 mil por una sola prueba y cada viajero necesitará dos. Para las aerolíneas, esto haría perder el atractivo de los viajeros, ya que sería un valor agregado al del boleto aéreo.
Ante esta situación, Francis Argueta, director de Aeronáutica Civil, ha recomendado el uso del aeropuerto de Tapachula para poder entrar al país, mientras los aeropuertos guatemaltecos sigan cerrados. Sin embargo, los viajeros y el mercado de transporte aéreo son afectados al no poder ingresar vía el Aeropuerto Internacional La Aurora, además de haber tenido que reprogramar en varias ocasiones los vuelos.
Para la industria turística, que logra emitir hasta 175 mil boletos aéreos anuales y que genera casi 76 mil empleos directos e indirectos con un derrame de USD$777 millones, al mantener cerrado el aeropuerto significa también incrementar una crisis económica que se arrastra desde 5 meses atrás. Además, de reducción del 94 por ciento de los vuelos y dejando solo a vuelos humanitarios que han llevado a los guatemaltecos en viajes de emergencia o negocios hacia Estados Unidos y que, al no haber rutas para volver, tener que esperar por la reapertura en el extranjero.