Mi papá es un héroe, ¿sabías?, asegura Lucy, de 9 años. Él puede todo y sabe todo, además es muy fuerte y dice que yo soy su princesa. Y aunque lleva más de tres meses de no abrazarlo y solo verlo desde la ventana de la casa de sus abuelos y por videollamada, los superpoderes de Iván, antes los ojos de su niña no se debilitan, pero están en peligro.
“Mi mamá me dijo que otras gentes necesitan de mi papá y por eso yo le di permiso para que los fuera a cuidar”. Ciento y pico de días de estar lejos de su familia, ya han hecho mella en el médico, pero para su princesa pareciera que es lo que un héroe hace. “Me hace falta en la mañana y la noche, pero dicen mis abuelos que ya va a estar con nosotras, que es poquito lo que falta”.
Lucrecia, la madre de Lucy y Ximena, la bebé de 8 meses, decidió llevarse a las niñas a donde sus padres. Dejamos la casa para bajar gastos y que Iván pueda llegar a descansar y estar tranquilo. Así ni las niñas, mis papás o yo corremos peligro de contagio por su trabajo. “No ha sido fácil, tampoco lo fue la carrera de él”, asegura con una sonrisa en el rostro. Y hoy las tres mujeres de Iván tienen que comprender que esa es la responsabilidad que viene con el título.
Al principio de la pandemia, Lucy hacía tarjetas para su papá. En ellas, Lucy le recordaba que él es su héroe, que es el más fuerte y que lo quiere mucho. “Ella habrá hecho unas 20 tarjetas, que le enviábamos por Whatsapp para que las viera”. Pero con los meses se hizo más fácil hablarle por teléfono y ella no dejó de repetirle el mensaje.
Ximena, la menor, aún no se percata de la ausencia de su padre. Pero, Lucy pareciera hacerlo por las dos. Ella se encarga de contarle a quien puede sobre el trabajo que hace su papá y cómo ayuda a la gente. “Cuando suena el teléfono y ella responde lo primero que cuenta es que su papá trabaja en un hospital.
Pero, últimamente la alegría de Lucy se enfrenta con la angustia. En varias oportunidades, los padres han hablado sobre el momento para volver a reunir a la familia. Pero, Iván cauteloso asegura que las condiciones no son las mejores. “En varias comunicaciones, él me ha dicho que tiene miedo, pues la situación en el hospital del Parque de la Industria por la falta de insumos le hace dudar”, asegura Lucrecia.
Según él, visitarlas luego de concluir su turno en el hospital no sería seguro. “No tenemos el equipo adecuado para protegernos del contagio y llegar con ustedes podría ser peor”, le ha dicho a su esposa. Aun así, seis veces por semana la familia se reúne por la vía electrónica y una desde la ventana de la casa, en la zona 11. “Él trae su comida y se la come del otro lado del vidrio, mientras nosotros lo vemos desde adentro”.
Esta dinámica ha inquietado a Lucy, quien pregunta a su padre por qué no entra, por qué no la abraza. Pero, Iván solo trata de explicarle que es por el bien de todas y los abuelitos. Y fue luego de varias visitas así, que la duda surgió en la pequeña. “¿Mamá y a él quién lo cuida?”.
Sin saber que decirle, Lucrecia improvisó. Su jefe es quien lo cuida mi amor, le dijo. “¿Quién es su jefe, el dueño del hospital?”, me preguntó. Desencajada le dije que el hospital no tiene dueño y molesta por los comentarios de Iván, le dije que su jefe es el presidente y es él quien le ha fallado a su papá. “Entonces es el presidente el que no cuida a mi papá”, me dijo.
Con lágrimas en los ojos, la pequeña le dijo que le gustaría escribirle al presidente. Y esta es su carta (transcripción):
Presidente, ¿sabía que mi papá es un héroe y yo soy su princesa? Yo le presté a mi papá para que los cuidara y quería pedirle que usted lo cuide por favor, dele lo que necesita. No le pido una capa para que vuele ni un traje contra balas, usted sabe lo que él necesita. Déselo por favor, yo quiero que mi papá regrese con nosotros, yo ya se lo presté, ahora devuélvamelo.
Lucy
Al clamor de Lucy se suman médicos, enfermeras y trabajadores de primera línea en el combate contra el coronavirus. Incluso hasta estudiantes y exestudiantes de la Universidad de San Carlos de Guatemala, quienes ven como una burla la falta de atención del gobierno para con las necesidades mínimas de los trabajadores de la salud que se la juegan en el Parque de la Industria.
Para Lucrecia, quien teme que la suerte de Iván se sume a la de más de 30 trabajadores de la salud, que han fallecido por el coronavirus, la voz de su niña es un llamado a las autoridades. “Si ella a sus 9 años lo ve tan claro, no entiendo cómo las autoridades solo pueden excusarse de lo que sucede”. Y es que ayer, el presidente Giammattei dijo en una entrevista que:
“Si hay justificaciones, sí hay. Nos podemos sentar a justificar lo que quieran, y podemos encontrarle justificación, algunas me los podrán creer y otros no. Hemos encontrado problemas serios en el Ministerio de Salud, hemos encontrado una mafia entronizada de años y nos han entorpecido todo”.- Alejandro Giammattei
Lucy solo quiere de vuelta a su papá y los médicos del sistema de salud, los insumos para poder seguir haciendo lo que juraron. Del presidente, y a su modo Lucy, los otros piden que: “De la danza de millones” se cumpla con lo mínimo para que Iván pueda volver sano a casa y los demás, atender a los enfermos.
