Según un estudio del National Center for Women Information Technology, las mujeres apenas representan el 25 por ciento de los empleos tecnológicos.
Treinta años atrás, la cifra se mantuvo arriba del 30 por ciento, pero en los 90 descendió.
Un estudio realizado en Silicon Valley, por ser una ciudad que demostró emprendimiento tecnológico, los hombres cobran un 61 por ciento más, frente a la media americana.
Según el World Economic Forum, la brecha de género se romperá en el año 2133.
Pero aún queda un largo camino por delante. Y es que apenas el año pasado, James Damore, de 26 años, fue despedido de Google luego de difundir un manifiesto que cuestionaba la capacidad de las mujeres, específicamente las programadoras porque “sus capacidades biológicas naturales no se lo permiten”.
En el documento, Damore argumenta que “los hombres son más agresivos a la hora de alcanzar cierto estatus”, mientras que “las mujeres que lo intentan sienten una gran ansiedad”.
Organizaciones
Para revertir este tipo de paradigmas surgen colectivos como Tech and ladies, que promueve una mayor participación y visibilidad a las mujeres en el sector.
“Para los temas tecnológicos no hay ningún tipo de razones fisiológicas o biológicas que realmente te hagan predisponerte hacia una cosa u otra”, explica a eldiario.es Laura Morillo, una de las responsables de la iniciativa.
También está Women4Tech, que es un movimiento que ofrece congresos alrededor del mundo con sesiones que se centran en la defensa de la diversidad de la industria móvil y tecnológica.
Desde empresas pequeñas hasta grandes, apoyan a mujeres hacia un ecosistema de género más diverso en la industria tecnológica.
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El experimento
En el mundo de la programación informática se cree que los hombres programan mejor que las mujeres. Para comprobar o desmentir esta creencia, un grupo de investigadores americanos tomaron repositorios de software y los presentaron para ser evaluados.
Dividieron los procesos en dos partes: en la primera, los miembros del “jurado” conocían el sexo de quien había desarrollado ese código; en la segunda, no sabían nada.
Los resultados fueron: cuando se sabía el sexo de la persona los hombres obtenían mejores valoraciones. Pero, cuando los evaluadores no sabían nada, las cifras se igualaron, con una pequeña victoria de las mujeres.
Y una tercera evaluación: invertir el sexo de los programadores al presentar los códigos, sin que el jurado lo supiera. Resultado: los hombres ganaron, aunque en realidad eran mujeres.
Empleo
Rita Madariaga, directora adjunta de producción de la empresa española Tecnológica dice: “Las mujeres se presentan a muchas menos ofertas de empleo que los hombres, porque la forma de redactar una oferta laboral influye mucho en el número de los currículum que acabas recibiendo”.
En el libro The Confidence Code, las investigadoras Katty Kay y Claire Shipman citan un documento de la empresa HP que estipula: “Los hombres se presentan a una oferta de trabajo cuando cumplen el 60 por ciento de los requisitos; las mujeres, solo si cumplen el 100 por ciento”.
Susan Wojcicki, CEO de YouTube, asegura que: “Durante el próximo año, verán cómo YouTube trabaja para conseguir que más mujeres trabajen delante y detrás de las cámaras, y cómo seguiremos apoyando un tipo de contenido que enfoque de manera positiva a las mujeres en el ámbito de la tecnología”.
Y agrega que: “Menos del 1 por ciento de las niñas de secundaria tienen interés en estudiar programación”, asegura Susan Wojcicki.
Según el informe de Mujeres en la Economía digital de Naciones Unidas: “Existe una opinión consensuada entre estas mujeres acerca de la importancia del uso de las TIC para aumentar sus oportunidades y ampliar los mercados y contactos, no solo a nivel regional, sino también internacional”.
Este consenso las ha llevado a adaptar sus emprendimientos al actual contexto virtual. Una de las mujeres que participó en el grupo focal de este informe expresa: “Te obliga el sector (a capacitarte en TIC). Yo tenía miedo (…). Lo único que sí he aprendido es que tienes que ser muy rápido, así como la tecnología es muy rápida, tú tienes que ser muy rápida, responder muy rápido”.
Así que no hay por qué dejarse llevar por paradigmas respecto a las mujeres y la tecnología. ¡A trabajar duro y ser el mejor ejemplo de que sí se puede lograr equidad!