En muchos países durante gran parte del invierno no se alcanza la exposición necesaria de Vitamina D que el cuerpo necesita, la probabilidad de tenerla es baja y hay que añadir los hábitos de cubrirse mucho, que causa que la exposición solar se disminuya más.
Es una enorme cantidad de población aparentemente sana que tiene niveles insuficientes de la hormona D, ya sean niños y jóvenes, así como en adultos, mujeres posmenopáusicas y ancianos o pacientes crónicos que viven en su domicilio o residencias. También la obesidad y la diabetes son factores de riesgo.
Añadido a esto, las recomendaciones de quedarte en casa han impedido que muchas personas salgan al aire libre y como consecuencia no han recibido la exposición solar recomendada de 5 a 30 minutos para obtener la cantidad adecuada de la vitamina D que el cuerpo necesita. Así que los suplementos han tomado el papel de proveedores para proteger la salud.
Para preservar la salud ósea y muscular es necesario que las personas consideren un suplemento diario que contenga vitamina D, ya que la misma se produce en la piel por la acción de la luz solar. Cuando esto no sucede y aunque no hay evidencia que esta vitamina reduzca el riesgo de contagio de COVID-19, sí provee salud a los huesos, dientes y músculos.
Además, la vitamina regula la producción de una proteína que mata selectivamente agentes infecciosos, incluidas las bacterias y los virus. Las concentraciones de dosis de vitamina D pueden mejorar el pronóstico de algunos pacientes que están recibiendo una ventilación invasiva en cuidados intensivos. Cuando se llega a una situación de neumonía, la utilización de la hormona D es capaz de reducir tanto los niveles inflamatorios como la aparición de fibrosis en los pulmones.
Un estatus adecuado de vitamina D puede reducir infecciones por distintos mecanismos, para un buen funcionamiento de la inmunidad adquirida y celular. “Es un momento adecuado para potenciar su uso, jamás curativo, pero sí como un arma igual a que cuando nos lavamos las manos o procuramos llevar mascarilla. Si bien no es una vara mágica contra el COVID-19, podría ayudar a luchar contra la terrible pandemia”, explica el endocrinólogo, Esteban Jódar Gimeno.
La principal fuente de obtención de la vitamina D es la exposición solar (D3) y es difícil obtener la cantidad necesaria en la dieta; sin embargo, las fuentes naturales pueden ser de gran ayuda, que incluyen los pescados grasos como el salmón y las sardinas, la carne roja, el hígado, las yemas de huevo y los alimentos fortificados como los cereales para el desayuno.
Cuida tu salud, aunque la vitamina D es importante no te expongas más de lo necesario al sol, sino complementa con alimentos que puedas adquirir y consumir en casa. Si descubres que tienes alguna deficiencia, consulta a tu médico sobre la alimentación y los suplementos que puedan ayudarte.
Fuente: endocrinólogo, Dr. Esteban Jódar Gimeno, Tecnofarma.