La tradición es muy poco conocida y todavía existen algunos lugares de Guatemala donde aún se practica el “robo” del Niño Dios.
El fin de año es marcado por diferentes fiestas previas, hasta que llega el Día de la Navidad. Posadas, convivios, quema del diablo y peregrinaciones, son algunas actividades que realizan los guatemaltecos.
Pero existe una que ha sido olvidada por muchos y tal vez practicada por muy pocos: el “robo” del Niño Dios. Es una tradición que no se sabe con certeza cuándo inició, aunque algunos mencionan que tuvo surgimiento en la época de la Colonia.
La tradición se basa en que una persona o grupo llega a una casa el 25 de diciembre para visitar al Niño Dios. Aprovechando un descuido del propietario, quien muchas veces es entretenido, el “ladrón” aprovecha para toma la imagen y se la lleva.
Pero la intención es no quedársela, ya que el “ladrón” debe devolver la imagen después de hacer una fiesta.
En algunos lugares era costumbre poner marimba, mientras que el dueño se hacía cargo de la comida, paches, tamales o algún alimento que deseaba dar para la fiesta.
Algunos estudiosos relacionan la tradición con la Biblia: “Cuando Jesús tenía 12 años y se fue con José y María a Jerusalén, con motivo de la fiesta de la Pascua”.
“El pequeño Jesús se había quedado en la ciudad y a los tres días de estarlo buscando, llegaron angustiados al templo y allí lo encontraron conversando con los doctores de la Ley”. (Lucas 2, 41-52)
Es donde creen que esta tradición tomó auge para honrar este versículo bíblico.
La tradición establecía que la entrega debía realizarse el domingo previo al primer viernes de Cuaresma.
Ese día había una misa; luego de la eucaristía se trasladaba la imagen del Niño Jesús a su hogar.
En nuestro país era muy practicada en los pueblos de occidente. Aún existe más de alguna persona que es la “ladrona del Niño Dios”.