Regalos, celebración, reunión familiar y juegos pirotécnicos son algunas de las actividades que distinguen la celebración de la Navidad en Guatemala.
Era la noche del 23 de diciembre cuando Luis Aceituno y su hermano se dirigían de zona 14 rumbo a Mixco para visitar a sus abuelos.
Lo usual de estas fechas es encontrar en las calles de la ciudad personas caminando, tráfico y más de algún vecino quemando cohetes.
Para llegar a su destino, Luis debía pasar por toda Las Américas, bulevar Liberación y la calzada Roosevelt. “Iba junto a mi hermano, que salió de trabajar en un centro comercial de Las Américas. Pase por él para luego ir a visitar a mis abuelos, en Mixco”, relata Luis Aceituno.
Todo marchaba bien. Plática, música y disfrutando de una noche gélida era la perfección para celebrar la Navidad. “La Navidad es un día donde uno puede observar a muchas personas celebrando y quemando cohetes. También están aquellos individuos que utilizan los juegos pirotécnicos para lastimar”, continúa.
Se ha escuchado que en las colonias, jóvenes hacen guerra con “chiltepitos” o en algunas ocasiones, cuando se podía, con cachinflines. “Yo entiendo que los jóvenes no miden el peligro. ¿Pero que te tiren un cuete, adentro de tu carro? Creo que no es nada agradable”, resalta Aceituno.
Incorporándose sobre la Roosevelt, pasando por El Trébol y el mercado El Guarda, unos individuos sobre una pasarela calcularon y le tiraron un cuate. “Yo llevaba el sunroof abierto y cuando vimos, un ‘chiltepito’ estaba encendido adentro del carro. Gracias a Dios no quemó a nadie porque cayó justo en el asiento de atrás”, añade.
¿Qué hubiera pasado si hubiese sido un cuete o un juego pirotécnico que lastimara a alguien? “Eso no lo deben de hacer por diversión, mucho menos tirarles un cuete a los carros en una vía muy transitada porque pueden ocasionar algún accidente. Seguí mi camino y al observar por el retrovisor, eran jóvenes tirando más ‘chiltepitos’ a todos los carros que pasaban”, resalta Aceituno.
Una diversión que puede causar un accidente injusto. “Puede que mi personalidad me ayudará a no parar el carro repentinamente accidentarme. Pero no todas las personas son iguales, no sabemos cómo vayan a reaccionar. Por eso, los padres deben educar a sus hijos sobre que los juegos pirotécnicos no son para lastimar a las personas”, manifiesta.
Después de ese susto, Aceituno y su hermano continuaron su camino para celebrar las fiestas de fin de año y así olvidar lo sucedido de aquella noche. “Las personas no miden las consecuencias de sus actos. Si transitan por nuestra ciudad, tengan cuidado porque creo que esas personas no son las únicas que hacen esto por diversión. No es justo que por un acto de esos alguien tenga que lamentar un accidente. Los cohetes son diversión responsable”, indica Aceituno.
¿Es correcto usar los cohetes contra las personas como forma de diversión?