Claudia tiene 50 años y actualmente es maestra, lleva una vida tranquila y solitaria, pero no siempre fue así, ya que por muchos años fue víctima de violencia física y emocional por parte de su esposo Estuardo.
Aunque ha peleado su separación y realizó una demanda de divorcio, su expareja es abogado y lastimosamente tuvo muchas influencias, por lo que hasta la fecha no ha podido solventar esa situación a nivel económico ni emocional. Según Claudia, el caso lo dio a conocer por parte de la Fiscalía de la Mujer, en San Marcos, donde es originaria, pero fue archivado. Luego, de muchas peticiones se abrió el caso en el Ministerio Público, pero no se concretó la investigación.
Los maltratos por parte de Estuardo duraron 22 años. Claudia era reina de belleza, de San Pedro y una joven de 18 años cuando recién lo conoció en 1989. Ella iba en la carroza para la inauguración del desfile y él estudiaba en la capital. Se vieron y recuerda que se acercó a ella para decirle que nunca más la perdería de vista, pero no imaginó el maltrato que luego recibiría.
Cuando se casaron, Estuardo no era violento o al comienzo no lo aparentaba. Siempre mostraba carismático hacia las demás personas, pero debajo de esa apariencia, según dice Claudia, era un lobo disfrazado de oveja. Mostraba nobleza, incluso confiesa que se equivocó durante muchos años al creerle.
Con el tiempo comenzaron las infidelidades y el maltrato. Aunque quiso salir de esa situación mucho antes, su suegro también era abogado con muchas influencias, lo cual al final lo complicó aún más.
“Tengo mucho tiempo de haber aplicado al divorcio, Estuardo hace varios años que ya vive con su actual pareja, incluso tienen hijos, pero simplemente no quiere dármelo”, cuenta Claudia. Estas cuestiones según relata, le han provocado traumas emocionales, ya que comparte la misma profesión con la esposa de él y los encuentros han sido perturbadores, los que terminan en peleas e insultos.
“Mi vida ha cambiado para siempre, mis emociones están frágiles debido a ser víctima del maltrato. Lo que quiero es contar mi historia y que alguien pueda ayudarme porque yo solita he estado luchando y tocando puertas, pero hasta hoy nadie ha querido escucharme”, comenta con voz frágil.
Tienen cuatro hijos en común, la más pequeña tiene 19 años, pero Claudia ha decidido tomar distancia con ellos debido a los encuentros en la casa de sus hijos con su expareja. “Me siento defraudada conmigo misma por no tener los medios suficientes para darle punto final a esta situación que no me ha traído nada bueno”, agrega.
Claudia expresa que hay días en que se siente vulnerable debido a todo lo que ha vivido y que aún no ha logrado cerrar este ciclo. Ella quiere dar a conocer su mensaje para que ninguna mujer pase por ese proceso desgastante y que día a día se sienten como pedazos de piedra que va cargando.
*Los nombres fueron cambiados por seguridad