Con la intención de promover en Guatemala una sociedad inclusiva para las personas con síndrome de Down, un grupo de padres formó la asociación Inclusión Down 502 y así poder trabajar en la sensibilidad y empatía a la inclusión en todas sus formas dentro de la sociedad guatemalteca, sobre todo en los establecimientos educativos.
Así fue como la asociación creó la idea de hacer un programa educativo para papás y profesionales, ya que hasta ahora solo el uno por ciento de los colegios tienen en sus aulas a niños con síndrome de Down. La idea es poder contar con la participación de profesionales extranjeros con conocimiento en el tema de inclusión.
Realizar estar charlas tiene un costo, por lo que la asociación (con el fin de recaudar fondos para formar un programa de capacitación a largo plazo) pensó en vender las muñecas “Pishpitas”. El nombre nace por medio de Rocío Colina, ya que cuando era pequeña ese era el apodo con el que su papá cariñosamente la llamaba y al nacer su hija, Cristel, quien tiene síndrome de Down, también comenzaron a nombrarla así en casa.
Según Rocío, quería una muñeca que representara a las personas con síndrome de Down, que tuvieran como característica sus ojos, los cuales son pintados a mano. Las “Pishpitas” y “Pishpitos” son diferentes en cuanto al color, textura y estilo de pelo; color de ojos, ropa diferente, algunas con lentes y otras no, pues no todas los necesitan. “Lo que promueve es que las personas con síndrome de Down sean vistas como cualquier persona antes de su discapacidad”, cuenta Rocío.
Además, también busca poder enseñarles a las personas a no ver el síndrome de Down como algo malo, sino que la inclusión sea verdadera. La muñeca, de igual manera, enseña que no hay que ponerle etiquetas ni sobrenombre a las personas y a través del juego pretende enseñarles a otros niños a no ver de una forma negativa.
Aunque ha sido un reto personal tanto para Rocío como para muchos padres de la asociación el poder educar a más personas y, al mismo tiempo, lograr la apertura de muchos colegios a niños con síndrome de Down, el camino no ha sido sencillo y aún se necesitan fondos constantes para continuar con el programa.
Por lo que si quieres formar parte de este cambio, las muñecas tienen un costo de Q120; son hechas a mano y cada una tiene una personalidad única e irrepetible, ya que se pueden encontrar tanto niños como niñas. Si te interesa adquirir una y conocer más sobre el tema, visita la página o las redes sociales de Inclusión Down 502.
Fuente: Rocío Colina. Facebook: Inclusión Down 502.