Aunque es un tipo de cáncer que se manifiesta inicialmente en la médula ósea y en la mayoría de los casos se extiende rápidamente a través de la sangre, una de sus curiosidades es que puede ser asintomática, es decir, que los pacientes por casualidad se hacen el diagnóstico y es hasta este momento que conocen su condición.
La leucemia mieloide crónica (LMC) tiene un comportamiento muy particular, ya que es crónica y pueden pasar años para que el paciente se ponga muy grave. La misma presenta tres fases: crónica, acelerada o crisis blástica, y sin medidas terapéuticas apropiadas la media de supervivencia es de aproximadamente 4 años.
Los síntomas
Para el médico Mauricio Villegas Fortuny, la mejor manera de detectar este tipo de cáncer es realizando un examen de sangre para comprobar si hay alteración de los glóbulos blancos y plaquetas elevadas. Además, los pacientes también pueden presentar síntomas tales como sudor nocturno, dolores óseos, fiebre y pérdida de peso.
Es mejor hacer un examen físico y de antecedentes, para observar si hay un aumento del tamaño del bazo (esplenomegalia); seguido de un examen hematológico, para observar un recuento de glóbulos rojos y plaquetas, la cantidad y tipo de glóbulos blancos y la cantidad de hemoglobina.
Esta enfermedad no es heredable, sino que es adquirida y puede sucederle tanto a hombres como mujeres. Lo ideal es que acudas a tu médico, al menos, una vez al año para un examen rutinario; conocer si eres propenso a tenerla y de ser así conocer el tipo y etapa de la enfermedad; solo de esta manera se podrá determinar cuál es el tratamiento y seguimiento más apropiado.
Fuente: Instituto de Investigación en Enfermedades Genéticas y Metabólicas, INVEGEM. www.invegem.org