Whaleska Lima es Ingeniera Industrial, tiene una maestría en Business Intelligence Analytic, posee diplomados de Salud y Seguridad ocupacional y de Gestión de la Calidad. A ella le gusta hacer diferentes actividades, con excelencia y más si tiene la oportunidad de ayudar a los demás.
“En el último año de la universidad les comentaba a unos amigos que debía hacer algo diferente. En ese momento, sentía que necesitaba algo que me llenara, me diera satisfacción y uno de ellos me dijo que porque no era bombera”, dijo Whaleska.
Con la idea e incertidumbre sobre ser bombera, un día en su casa todo cambió. “Vi en el noticiero que los Bomberos Voluntarios realizaban un rescate y fue impactante para mí, así que me decidí a ingresar”.
Sus padres se sorprendieron con la noticia, ya que no creían que era la profesión ideal por los riesgos que implicaba, pero Whaleska continuó con su sueño. En el 2012 ingresó a la Escuela Nacional de Bomberos Voluntarios, en donde duró 10 meses de entrenamiento, donde le enseñaron las técnicas y herramientas durante el rescate de personas y cómo salvarles la vida ante cualquier emergencia. Han pasado 8 años desde que se convirtió en bombera y a pesar de las dificultades que requiere serlo, siempre sigue con la cabeza en alto y el espíritu de servicio.
“Ha sido de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, aunque a diferencia de otros la emoción para ser bombero empieza cuando ingresas, a mí me pasó al revés, ya que a medida que pasa el tiempo me enamoro más de lo que hago, de lo que realizamos en la compañía, por eso me involucro más, porque podemos hacer cambios en la institución y en la vida general”, expresó Lima.
Whaleska es jefa de la 100 Compañía de Bomberos en San Cristóbal, en Mixco. Asimismo, por su trabajo y dedicación fue seleccionada para participar en la Competencia de Bomberos del Istmo Centroamericano en Costa Rica, donde quedó en segundo lugar, entre los 25 participantes de los diferentes cuerpos de bomberos, de la región centroamericana.
Whaleska es una guatemalteca con un gran corazón que sirve a Guatemala por medio de esta profesión. A sus 35 años se ha convertido en una de las mujeres que ponen alto el nombre del país. Lima agradece la oportunidad que se le ha brindado en la institución y la confianza de sus compañeros por creer en ella.