Una vida dedicada a los entrenos, buscando ser la mejor. Bárbara Morales se ha metido de lleno en el Karate Do desde que tenía 5 años y hoy, su esfuerzo rinde frutos al ser medallista de oro en diversos torneos de Centroamérica.
Medallas de oro, plata y bronce en torneos centroamericanos, en múltiples ediciones; campeona nacional de la Federación Nacional de Karate Do de Guatemala o Atleta destacada en 2015 y 2016, son solo algunos de los logros que la han llevado a ser una de los máximas exponentes del país en la actualidad. Sin embargo, para Morales, las victorias suponen un largo camino de entrenamientos y preparación.
“Comencé mi vida deportiva gracias a mis papás. Mi hermana practicaba danza, por lo que debíamos esperarla dos horas fuera de su academia. Ellos buscaron, aunque suene chistoso, algo para distraerme. Y así encontramos una academia de karate, donde, tras probar por un día, decidí quedarme. Gracias a esta disciplina he logrado mantener una increíble relación con mis compañeros”, indica la atleta.
Por medio de la práctica, Morales logró engancharse más al deporte hasta convertirse en una atleta competitiva. “De pequeña me emocionaba mucho poder aprender a pegar, pero luego, cuando comencé a competir, entendí lo serio que era para mí. Empecé en un campeonato centroamericano, aquí en Guatemala. Hice las calificaciones nacionales y logré entrar al torneo. A esa edad no sabía el significado real de lo que valía esa competencia, que ahora ya lo tiene para mí”, explica.
Su participación fue fructífera y consiguió una medalla de bronce en su primera participación. Sin embargo, ese torneo marcaría un antes y un después en la vida deportiva de Morales. “Me sorprendió que, a pesar de no haber ganado el oro, la Federación de Karate se fijó en mí por el estilo y forma de pelear, por lo que me convocaron para la Selección Nacional. A partir de ese momento todo cambió y por ello decidí, con una mayor madurez, competir en alto rendimiento”, comenta.
Una vida dedicada a los entrenamientos y el esfuerzo máximo
Morales colocó más empeño en su disciplina deportiva. Los estudios también exigían por su parte, pero ella se dispuso a superarlos para mejorar cada día. “El año siguiente, tras entrar a la Federación Nacional de Karate, cambié mis horarios de estudios y entrenos. Apenas tenía 15 años y hacía dobles sesiones de entrenamiento mientras seguía yendo al colegio. Era difícil y cansado, pero lo quería hacer para mantener mi alto rendimiento en las competencias”, agrega la seleccionada.
“Cuando empezaba a competir, me sorprendía que en los medios compartían mis éxitos y eso me alegraba muchísimo. Cuando quedé campeona de Juegos Centroamericanos, en dos ocasiones, me di cuenta de la atención que empezaba a tomar mediáticamente y no podía creerlo”, manifiesta.
Las medallas comenzaron a llegar y la exigencia era cada vez mayor. Por otro lado, la universidad comenzaba y la atleta debía entrenarse con mayor intensidad para seguir a un alto nivel competitivo. “Cuando cumplí 18 años llegué a las categorías mayores, donde la dificultad es mucho más difícil. En esta categoría, el deseo y la disciplina son importantísimos para poder ganar. No solo se trata de llegar a una competencia con el ímpetu, pues siempre hay una preparación previa muy fuerte para fortalecer todos los aspectos de mis movimientos para lograr ganar”, afirma Morales.
“Es un poco difícil poder mantener el nivel con mi vida personal por otro lado. Actualmente estudio lo fines de semana una licenciatura en deportes en la Universidad de Galileo, donde me han apoyado muchísimo para poder seguir compitiendo”, comenta la atleta sobre su forma de estudio entre las competencias. “Es muy complicado viajar seguido y a diferencia de lo que piensa la gente, que ir a un torneo es solo dar un par de patadas, se debe entregar el máximo en cada pelea para luego regresar y entregar también mi máximo para mantener mis calificaciones en la universidad. Querer es poder, ya que una de mis metas es cerrar pénsum este año”, asegura la karateca guatemalteca.
Morales busca hoy llegar al 2021 llena de medallas de oro, con fuertes entrenamientos y disciplina para mantener un buen nivel. “Una de las razones más importantes para poder seguir adelante ante las complicaciones, es siempre trazarse nuevas metas y tener, cada vez, mayores aspiraciones”, afirma.