Diagnosticada con tan solo 48 horas de vida, Abby sobrevive a la leucemia imagen

El cáncer es una enfermedad que deja grandes secuelas en las personas que lo padecen. Esta es una de esas historias, cuando las ganas de vivir protagonizan un giro impresionante.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Conoce a Abby Furco




Abby comenzó su lucha contra el cáncer cuando apenas tenía 4 años. Esta fue una noticia que impactó a muchas personas que la rodeaban, especialmente a su familia. Lo que agravaba la situación era que los médicos diagnosticaron pocas probabilidades de sobrevivencia, pero esto no los detuvo.

La trágica espera

Durante seis años, Abby y su familia hicieron todo lo posible para que pudiera sobrevivir a su enfermedad, a pesar de que en algunas ocasiones parecía que la leucemia buscaba acabar con su vida a toda costa.




Abby se sometió a un trasplante de médula ósea, quimioterapia intensa, radiación y hasta tomó medicamento de prueba.

La mantuvimos rodeada de amor porque sabíamos que en cualquier momento podríamos perderla”, expresa Patty, su madre.

Corto momento de esperanza

En 2013, la familia obtuvo buenas noticias. ¡Los tratamientos de Abby habían terminado! Fue a partir de ese momento que la niña podía empezar a disfrutar su vida como los demás. Fue un año de mucha felicidad, tanto para Abby como para su familia y amigos.




Lamentablemente, el cáncer se acercó de nuevo a la vida de Abby, pero esta vez estaba más avanzado y fuerte.

Aunque el primer diagnóstico fue difícil, este último puso a prueba toda nuestra fuerza. Abby no podía moverse, cualquier movimiento la lastimaba y apenas hablaba”, relata Patty.

En febrero de 2015, la pequeña tuvo que recibir otro trasplante de médula ósea. En ese momento los médicos le diagnosticaron injerto contra huésped, una afección en la que la médula donada comienza a actuar contra el cuerpo.

Abby ingresó a cuidados intensivos un mes más tarde, cuando sus riñones comenzaron a fallar. Fue entonces cuando los médicos le dijeron la verdad a sus padres: solo le quedaban 48 horas de vida.

A pesar del inmenso dolor que ocasionaba esta noticia en los papás de Abby, sabían que su hija sufría todos los días y eso los desgarraba también. La colocaron en un hospicio, a donde sus abuelos fueron a despedirla. Los arreglos funerarios estaban en proceso cuando ocurrió el milagro.

Se aferró a la vida

Abby se encontraba acostada, ya que su mal estado no le permitía siquiera ponerse de pie. Pero al estar sus padres y demás familiares esperando el momento final, se escucharon varias palabras de Abby a lo lejos: 

Tengo tantas cosas que vivir”.

Nadie podía creer lo que ocurría, pues desde ese momento Abby estaba teniendo una recuperación milagrosa. En cuestión de días, semanas, meses, su fuerza se iba incrementando.

Hoy, Abby está en revisión y recibe esteroides IV, dos veces al día. El tipo de vida que lleva ahora, comparado con el de antes, es notorio.

Este relato es una muestra del poder de la fuerza interna y las ganas de vivir. Apreciemos más nuestra salud y todos aquellos factores positivos que nos rodean. ¡Aferrémonos a lo positivo! 

Fuente y fotografías: Generación de Impacto.

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