Todo comenzó con una cámara, un equipo barato y las ansias de retratar su amor por los animales. Andrés Novales, de 22 años, es un joven biólogo que desea educar a los guatemaltecos con fotografías.
Como todo niño que juega a ser un superhéroe, bombero o policía, para Novales su personaje era ser un biólogo y conocer el mundo. “Desde pequeño me han gustado los animales, por lo que siempre quise estudiar biología. Cuando fui creciendo, no tenía la oportunidad de salir y conocer más allá de nuestras fronteras. Meses después de graduarme del colegio me fui a una excursión a Costa Rica”, dice.
“Mis papás siempre me han apoyado en todo lo que emprenda”.
Su primer viaje fue la inspiración para que cada día se enamorara más de la naturaleza. “Recuerdo que empecé a tomar fotos con mi teléfono y una cámara de bolsillo. En ese viaje conocí a muchas personas que se dedicaban profesionalmente a retratar la vida silvestre”, indica Novales.
Para él, los comentarios fueron parte fundamental para atreverse a soñar. “En el colegio siempre estaban esos comentarios que lo hacen pensar a uno si de verdad puedo. Me preguntaban que de qué iba a comer, qué es esa carrera o seré alguien en la vida”, agrega.
Las experiencias y pasión por los animales han ayudado a nuestro joven biólogo a emprender más y conservar la vida de ellos, sin importar los comentarios. “Viví un año en el extranjero, trabajé y ahorré para comprar mi primera cámara DSLR Nikon D3200″, relata.
Con las ansias de retratar sus fotografías, la tierra que lo vio nacer lo esperaba con una oportunidad y su historia empezó a escribirse. “Regresé a Guatemala y empecé a estudiar biología en la Universidad del Valle. Actualmente estoy en cuarto año de mi carrera y muy contento. En el colegio no era buen estudiante, pero te das cuenta de la necesidad de educarse para ser alguien”, asegura Novales.
“Uno se deja llevar por lo que las personas dicen. Recuerdo que me preguntaban que si esa carrera me iba a dar de comer”.
Cada vez, Novales tenía más contacto con la naturaleza. Su carrera lo ha llevado a aventurarse en lugares que nunca se imaginó conocer. “Al poco tiempo de estar en la universidad, por parte de ellos nos llevaban a reservas y lugares que nunca imaginé. En ese momento me enamoré más de mi carrera y tener la necesidad de fotografiar nuestra flora y fauna”, explica.
“Guatemala no tiene nada que envidiarle a Costa Rica, tenemos lo mismo o más que ellos en materia natural”.
Un premio que nunca soñó
Para Novales, los premios no son importantes, pues su objetivo principal es amar a los animales. “Desde hace un par de años he participado en varios concursos nacionales, en los que he obtenido el segundo y primer lugar. En concursos internacionales siempre me he quedado entre los clasificados. Yo no concurso para ganar premios, aunque es bonito que reconozcan tu trabajo”, señala el joven.
“Para el nivel que poseo, nunca me imaginé ganar el Premio a Mejor Fotógrafo de Vida Salvaje por parte de ABC Earth”.
Agarrar la cámara, prepararse para capturar el mejor momento, desvelo, miedo e incluso arriesgar su vida en la selva, ha llevado a Novales a poseer uno de los mejores reconocimientos a su corta edad. “Este premio fue de sorpresa. En diciembre, los de ABC Earth me contactaron para decirme que había ganado la categoría Fotógrafo de Vida Salvaje“. “Estoy muy feliz porque es un esfuerzo que uno hace por mostrar su trabajo al mundo”, refiere.
“Por el tipo de fotos que hago, trabajo la mayoría del tiempo de noche”.
Toda profesión tiene un riesgo, y Novales lo ha hecho por sacar las mejores fotografías. “Siempre me preguntan cuál es mi miedo más grande, y yo les contesto que las personas. La mayoría del tiempo estoy fotografiando de noche; por ende, no sería bonito encontrarte con alguien que te quiera hacer daño. Hay que saber dónde meterse para no arriesgarse mucho”, manifiesta.
“Trabajo en reservas naturales, fincas privadas o parques comunitarios, donde las personas sean tranquilas”.
A pesar del miedo hacia las personas en lugar de los animales, a Novales también se le ha puesto la piel de gallina. Un rugido bastó para nunca olvidar que su vida también puede estar en riesgo por un animal salvaje. “Los riesgos con animales también están presentes. Trabajo mucho con serpientes venenosas, lugares donde hay mucho jaguar, puma. Recuerdo que estábamos en una reserva privada, en el Volcán Atitlán, y a 30 metros nos estaba rugiendo un puma. Era de noche y lo único que pensaba era salir con vida”, añade.
“Uno de mis mayores sueños es poder fotografiar a uno de los grandes felinos en Guate, pero esta vez el puma no era la opción”.
Con experiencias como esta, Novales se ha dado cuenta de que los animales también pueden hacer daño; sin embargo, no ha sido un limitante para adentrarse a lugares que son de difícil acceso y seguir con su pasión. “He estado en el Amazonas. La foto que me ha dado el premio de ABC Earth es una serpiente verde de ese lugar”, afirma.
“Siempre hay que viajar en grupos para apoyarse”.
Ahora, con una Canon 7D mark II, nuestro joven biólogo sigue con su carrera y uno de sus objetivos es que sus fotos lleguen a más guatemaltecos. “Mis planes son educar en la conservación de nuestra naturaleza. El dinero es algo secundario, y con mis fotos quiero usarlo como herramienta para educar a más personas sobre los animales. Los ticos han logrado explotar esa área, yo quiero hacerlo aquí con nuestro país”, indica.
“Una de mis fotos llamó la atención de uno de los zoológicos más importantes de Estados Unidos”.
Un sueño que una vez fue un juego se ha vuelto realidad, su pasión ahora está enfrente de un lente y un clic. “Hagan lo que les apasiona, estudien y no se dejen llevar por los comentarios, cada día hay una nueva oportunidad para que seamos felices con lo que deseamos”.
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