En la anterior historia, Jessica González obtuvo una oportunidad de vida. Su cirugía de corazón fue un éxito y hoy mantiene una nueva esperanza para continuar con sus sueños.
En este capítulo conoceremos a Kevin Medrano, un joven que estuvo a punto morir, pero la vida le dio una nueva oportunidad, igual que a Jessica.
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Medrano, de 31 años, era un joven como cualquier otro, lleno de sueños y metas, y llevar una adolescencia normal fue parte de sus deseos en aquella época. A los 14 años experimenta su primera cirugía, con el miedo de no volver a abrir los ojos. “En el 2001, a los 14 años, fue mi primera cirugía para una plastia mitral”, dice. Para Medrano, a los 7 años su corazón no era normal y un crecimiento anormal en él lo llevó a una situación. “A los 7 años me detectaron el problema, por lo que en determinado momento iba a necesitar una cirugía a corazón abierto”, relata.
Iba por un cambio valvular arbitral, pero los doctores le dijeron que todo estaba estable. “Cuando salí de la cirugía me indicaron que la válvula estaba mejor de lo que habían pensado y solamente me hicieron una plastia”, agrega Medrano.
Todo iba bien, estudios, amigos y sueños eran parte de su vida “normal”, hasta que nuevamente tuvo un giro de 360 grados. “Al poco tiempo me empecé a sentir cansado, no podía caminar demasiado y nuevamente regresé a la Fundación para mis chequeos”, continúa.
La primera cirugía no había funcionado, la plastia no fue del todo un éxito. “Nuevamente me tenían que hacer un cambio valvular. Yo me quedé traumado y no quería saber nada de hospitales. Les dije que no me quería operar, los doctores accedieron y solamente iba a estar en chequeos”, agrega el joven.
Pero a Medrano le esperaba otra sorpresa, ya que al año los chequeos y medicamentos no le seguían funcionando como esperaba. “Aún con el medicamento me sentía mal y no podía más. Regresé y les dije que siempre sí me iba a volver a operar. Después de eso me empezaron a salir infecciones, ronchas y mi salud comenzó a deteriorarse”, explica.
Sin aguantar más, tenía que seguir esperando porque cada vez que estaba listo para su segunda intervención, la vida le presentaba alguna dificultad. “Cada vez que quería operarme, no se podía porque mi salud se deterioraba más y más. A los 18 años ya tenía que hacerme un doble cambio valvular”, relata Medrano.
“Mi cirugía tuvo un costo de Q200 mil”.
Con problemas de riñones, pulmones e hígado, su salud no era la deseable. “Se había agravado mucho más, por lo que se hicieron los trámites para la operación”, señala Medrano.
Por fin es operado, pero su segunda oportunidad de vida se encontraba en Estados Unidos. “Mi segunda cirugía fue en EE. UU. La Fundación Aldo Castañeda hizo los trámites para mi operación en Nueva York”, manifiesta.
Su vida retoma su rumbo y hoy, Medrano ha dejado en el pasado todo el sufrimiento y frustración. “Antes daba unos 10 pasos y empezaba a fatigarme, comía algo de grasa y me ponía mal; no podía dormir en cama, sino sentado por la presión del corazón. Todo quedó en el pasado, después de estar 7 días en coma médico, 14 en intensivo y 19 en el hospital de Nueva York”, dice Medrano.
“En la vida siempre habrá momentos difíciles y duros, pero si uno mantiene la mente positiva, siempre Dios nos va a poner personas buenas en el camino”.
Han pasado 12 años y ahora, Medrano tiene una vida normal. “Tengo un 90 por ciento de vida normal. Sigo con medicamentos y chequeos, pero a comparación de antes, mi salud mejoró e incluso puedo jugar futbol y hacer actividades físicas. Tengo un catering, ya que soy cocinero internacional”, resalta.
Gracias a la Fundación Aldo Castañeda, Jessica González y Kevin Medrano ya pueden cumplir sus sueños.